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Turismo, la clave; adiós, heraldos

Es necesario discutir y echar a andar un proyecto turístico de nación, para que se pueda llegar a buen puerto

OPINIÓN

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Hoy un convencido de que el país tiene en el turismo su Alohomora (encantamiento que usaban personajes de las historias de Harry Potter para abrir puertas y ventanas), y emplazo esta analogía al terreno de lo imaginario porque somos un pueblo seducido por discursos que incluyen soluciones mágicas a todo, con la salvedad de que en el tema turístico lo inimaginable se vuelve realidad.

Para que la magia turística funcione, es necesario incluir planeación, innovación, inversión, cultura, inclusión de la sociedad, capacitación constante y voluntad política, una vez conjuntado todo, se puede gritar: Alohomora, y podemos abrirnos al éxito como país pensante del turismo.

México tiene que trabajar para conseguir algunos de esos ingredientes, pero principalmente el convencimiento de los protagonistas en la materia de que se puede lograr más y mejor cuando se trabaja en conjunto.

Hay temas como el de la promoción que no han pasado de la fotografía de la presentación del evento.

Es necesario discutir y echar a andar un proyecto turístico de nación, para que subidos en un mismo barco, se pueda llegar a buen puerto. La solución a esta maraña operacional se encuentra en Palacio Nacional; cuando convenzan al presidente Andrés Manuel López Obrador de la efectividad de la maquinaria turística, se potencializará el tema.

Hasta ahora navegamos en aguas controlables del quehacer turístico, producto de los robustos cimientos de la industria sin chimeneas construidos a lo largo de más de medio siglo, pero no esperemos las turbulencias globales para empezar a dialogar qué es lo que importa a México.

TRIP TIPS

El primer día que llegué a El Heraldo de México, en Reforma 250 aún no estaba ni la loseta puesta, me recibió el director general Franco Carreño, yo supuse que lo estaba conociendo, pero me hablaba muy familiar y luego me contó que habíamos coincidido hombro con hombro en una cena en Madrid durante una Feria Internacional de Turismo (Fitur), me disculpé por la mala memoria fotográfica, y aún así me invitó a trabajar a un periódico al que aún le faltaban meses para salir.

Ese fue el principio de un viaje inigualable, coincidí con gente muy talentosa, en una sala llena de sueños que rápidamente se han ido cumpliendo; del diario originalmente pensado pasó a ser una plataforma de comunicación poderosa y confiable. Pocos pueden hacer apuestas a contracorriente en una época de crisis en los medios de comunicación.

Esta es mi última colaboración para El Heraldo después de más de dos años de participar de lunes a viernes.

No me queda más que agradecer a todos los involucrados en esta organización siempre dispuesta a tenderme la mano. Desde Ángel Mieres, Alejandro Arai, Franco Carreño (juro que me acordaré de ti en la próxima), Alfredo González y toda la súper banda de Merk2 que siempre fue condescendiente con este servidor. ¡Gracias infinitas!

POR EDGAR MORALES
ELCASTOROFICIAL@GMAIL.COM
@ELCASTOROFICIAL



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