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Lo que EU necesita de México

Si es cierto que al actual Presidente de EU le preocupa la estabilidad de México a partir de lo que sucedió en Culiacán, las implicaciones para ambos países podrían ser enormes

OPINIÓN

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Días después del desastroso operativo en Culiacán, el nuevo embajador de Estados Unidos en México, Christopher Landau, dijo: "Después de lo que pasó en Culiacán" el Presidente "está muy preocupado por la estabilidad de México; nosotros queremos un México próspero y estable. Ése es nuestro interés nacional profundo".

De todo lo que salió en torno a la humillación del gobierno en Sinaloa, esta frase pudo haber sido lo más importante.

Si es cierto que el jefe del embajador Landau se preocupa por la estabilidad de este país, las implicaciones podrían ser enormes. Para entender por qué, hay que primero extraerse de la eterna coyuntura política y darse cuenta que, por mucho, lo que nuestro vecino más necesita de nosotros es cooperación y estabilidad política.

Tener que lidiar con un México que dejará de cooperar con Estados Unidos, o que fuera incapaz de hacerlo por cuestiones de inestabilidad política, sería catastrófico para nuestro vecino. Los americanos pueden ser el pueblo "más poderoso" del mundo, pero también son el país con más enemigos. Y eso quiere decir que nuestra enorme frontera los hace permanentemente vulnerables por dos frentes.

El primer peligro es que México retire la cooperación de la que los americanos dependen para su seguridad nacional. Podría comenzar con la interrupción del intercambio de listas de pasajeros y la apertura a que sus agentes operen ampliamente en nuestro territorio. Pero podría terminar en un México que busque agredir abiertamente a su vecino, con todo y armas nucleares e invitaciones a sus peores enemigos a operar desde el territorio nacional. México tiene los recursos y la tecnología para ser un enorme dolor de cabeza para Washington.

El segundo peligro no es por un México fuerte, sino por el México demasiado débil. De caer el gobierno constitucional mexicano, y darse el caos en nuestro territorio (o generarse una guerra civil) se crearía la peor oleada de refugiados de la historia moderna. 130 millones de personas, muchas de ellas con amplios recursos, buscando huir de México. Y, precisamente por eso, Estados Unidos no puede invadir.

No es lo mismo meterse en una guerra con Irak, donde los refugiados están a miles de kilómetros, que hacerlo allende un riachuelo.

Las opciones sencillas para Estados Unidos de lidiar con un México beligerante y/o políticamente inestable son nulas. Si el Presidente americano entiende esto, podríamos verlo "bajar de tono" respecto a México: una cosa es poner a temblar una democracia consolidada con amenazas comerciales y otra es poner a tambalear un narcoestado en la antesala del caos generalizado.

En este contexto, la retórica en torno a comercio, empleo, sueldos, etc., es irrelevante. Para nuestro vecino, la cooperación y la estabilidad de México son preocupaciones existenciales. Si Culiacán puso a pensar al Presidente americano en torno a esta escalofriante realidad, puede ser que hasta haya valido la pena soltar al matón.

POR AGUSTÍN BARRIOS GÓMEZ

*PRESIDENTE DE LA FUNDACIÓN IMAGEN DE MÉXICO Y CONDUCTOR DE ADN40 NEWS

@AGUSTIN BARRIOSG

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