Quienes han compartido el set con él, saben del rigor y la autoexigencia con la que suele filmar. Él dice que cuando termina una película la odia porque cree que cometió errores, mismos que trata de corregir en su siguiente proyecto, y que por ese motivo nunca deja de actuar.
Entrevisté a Joaquin Phoenix cuando dio vida a Commudos en Gladiador, mereciéndole una nominación al Oscar como actor de reparto.
Mi encuentro con él se dio en circunstancias rarísimas, porque justo cuando era mi turno para entrevistarlo, salió del cuarto acompañado de dos personas que me dijeron que esperara porque se suspendían los encuentros con el actor por tiempo indefinido.
Allí me quedé por más de media hora escuchando motivos tan variados para esa suspensión como el que se lo habían llevado a comer una hamburguesa porque tenía hambre, o alguna extraoficial que decía que, en verdad, estaba “indispuesto”, o sea, se echó sus tragos y se notaba.
El caso es que su pausa hizo que yo casi perdiera mi vuelo de regreso a casa y justo empezaba a odiarlo cuando reapareció delante mío disculpándose por el atraso con una gran sonrisa irresistible al perdón.
Comencé bromeando con él sobre la inmoralidad de su personaje al matar a su propio padre al inicio del filme. Se me heló la sangre porque mis palabras fueron la embocadura perfecta para que él entrara de inmediato en la piel de Commodus allí mismo, con ojos malignos y crueles mirándome fijamente. Le cambió la voz, adoptó otra postura con la que robusteció en su pequeña silla y me respondió “en personaje”. No tardó más de 2.5 segundos en convertirse en el otro, y lo mismo en salir de él, ¡Me dio pavor!
Después le pregunté por qué abandonó su nombre Leaf y había retomado el de Joaquín para lo cual nos remontamos a su inusual crianza en Sudamérica. Joaquín nació en el seno de una familia medio hippie en Puerto Rico mientras sus padres vivían como misioneros de una congregación. Es el tercero de cinco hermanos llamados: River, Rain, Liberty y Summer.
Siendo niño nadie en EU podía pronunciar correctamente Joaquin, así que él decidió cambiarlo por Leaf (Hoja), y sentirse “natural” como sus hermanos.
Sus padres se separaron en la adolescencia y él se mudó a México con su papá por un tiempo. Aprendiendo español sintió que “hoja” sonaba parecido a “ojo” y “ajo”. Ese juego fonético le produjo tal decepción que optó por volver a usar su nombre real: Joaquin.
Ambos reímos con extrañeza por la lógica de su decisión.
Ese día vi a Joaquin, a Commodus, a Johnny Cash o a Joker, pero supe que en verdad él es Hoja, tan cambiante de color o textura, según la temporada y capaz de volar en cualquier viento.
POR ATALA SARMIENTO
COLUMNAS.ESCENA@HERALDODEMEXICO.COM.MX
@ATASARMI
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