El grave accidente que sufrieron compañeros reporteros el sábado pasado cuando cubrían su gira por Sonora no fue sólo “un susto”, como usted dijo, señor Presidente. Fue una enorme irresponsabilidad del área de logística y Comunicación Social de la Presidencia de la República.
Cada periplo suyo por pueblos y rancherías del país pone en peligro la vida de decenas de periodistas por las penosas condiciones en que ustedes, señor Presidente, los obligan a trabajar.
No, no se trata de dinero. Sólo usted ha hablado de dinero. Se trata de proveer y facilitar condiciones dignas y seguras para que los periodistas hagan su trabajo, para que cubran sus actividades y lo informen a los mexicanos.
Actualmente, los medios pagan los boletos de avión de sus enviados a las giras, el hospedaje y los viáticos. Los traslados locales, casi siempre terrestres, tienen otra dinámica que depende de la logística de la gira. Nadie está pidiendo lujos, y si es así debería revelarlo.
Lo que exigimos es que los periodistas que lo acompañan no corran peligros innecesarios. Las condiciones básicas de seguridad no son un lujo, un dispendio o un despilfarro, señor Presidente.
Y no únicamente se trata de la seguridad de los periodistas que lo acompañan. Usted también debería contar con mayor y mejor seguridad como el jefe del Estado Mexicano que es.
Usted debería contar con una guardia presidencial profesional que garantice su integridad y la de su familia. Eso no significa regresar a los derroches del pasado.
Usted debería tener un avión que lo transporte, y no me refiero a ningún lujo. Si usted, señor Presidente, no quiere utilizar el avión que ya se compró y que nos está costando a todos los mexicanos, está bien.
Pero usted necesita un avión que lo lleve con seguridad a donde sus actividades requieran; un avión que tenga las facilidades para mantenerlo comunicado todo el tiempo; que le permita sostener reuniones en vuelo con sus colaboradores; que cuente con un espacio adecuado para que pueda tomar un necesario descanso mientras llega a su destino.
Un avión presidencial no es un lujo, es una herramienta de trabajo. Si se consigue algo parecido al Jetta que usa —a veces—, pero con alas, nadie lo verá mal. Al contrario, muchos se lo reconoceremos como un acierto. Créame.
Para cubrir sus giras de trabajo, los periodistas necesitamos vehículos en perfectas condiciones, conducidos por choferes profesionales y que no se vean obligados a manejar a altas velocidades por las malísimas carreteras del país. Usted tampoco debería exponerse a eso.
Enviar a los corresponsales a esas coberturas tampoco es la solución, porque ellos correrían los mismos peligros.
Ya hubo incidentes con el transporte de la prensa durante sus giras en Tijuana, Oaxaca y Chihuahua.
El accidente de Sonora debe ser una llamada de atención, antes de la 4T y sus ahorros mal entendidos cobren la primera vida.
POR ALEJANDRO CACHO
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