El bombero del gobierno

De las protestas de taxistas, al secuestro de choferes y manifestaciones de alcaldes

Octubre. Normalistas secuestran choferes y retienen autobuses en Edomex. 92 conductores son privados de la libertad por estudiantes de la Normal rural Lázaro Cárdenas del Río, en Tenería; a cambio piden plazas y recursos. La SEP no desactiva el asunto y el gobierno mexiquense queda rebasado. La Secretaría de Seguridad Ciudadana ni se mete. Tras 10 días, entra el bombero. Apaga el fuego. Quedan liberados los choferes y las unidades.

7 de octubre. Miles de taxistas estrangulan la Ciudad de México. Pese a existir una “mesa de diálogo” con la secretaría de Gobierno y Movilidad del gobierno capitalino, desquician el Valle de México –AICM incluido- y bloquean Paseo de la Reforma por más de 10 horas. Piden que se les trate igual que Uber, Cabify y otras apps. El asunto se sale de control. Las inconformidades se desbordan en redes sociales. Aparece el apagafuegos. De nuevo, con extintor en mano, calma las llamas. Los taxistas, en conferencia de prensa, se comprometen a no volver a realizar bloqueos. Hasta ahora han cumplido.

21 de octubre. Más de 100 alcaldes aparecen en Palacio Nacional muy tempranito. Tratan de dar portazo ante la negativa de ser recibidos. Mientras al interior se desarrolla la mañanera del presidente López Obrador, son rociados con algo muy parecido al gas lacrimógeno. En Palacio ni los ven ni los oyen. Los batean. Otra vez, aparece el bombero. Construye un puente con Hacienda para que escuche a los alcaldes y estos anuncian que se cancela la movilización convocada para este lunes –de más de 10 mil personas, me había adelantado Enrique Vargas, presidente de la Asociación Nacional de Alcaldes- en Palacio Nacional.

Tres estampas que no son las únicas. Podríamos sumar conflictos por tierras, recursos, plazas magisteriales, obras inconclusas...

Lo mismo en Michoacán que en Zacatecas, Chiapas, Oaxaca, Hidalgo, Sonora, Baja California, Edomex, CDMX… En el gobierno federal hay un bombero, el subsecretario de Gobierno en Gobernación, Ricardo Peralta.

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-OFF THE RECORD: En una parte del Ejército es visto con recelo, sino es que con desconfianza. No todos los mandos militares están cómodos reportando en el día a día a la Secretaría de Seguridad y no al Presidente directamente. En la Marina han optado por bajo perfil para evitar confrontación, pero tampoco les acomoda el modelo de mando. Las Fuerzas Armadas preferirían dar parte a su comandante en jefe, y no ceñirse a las instrucciones de Alfonso Durazo. Quizás los hechos del jueves 17 tendrían que ser un punto de quiebre en la coordinación, el flujo de la información y la ruta para la toma de decisiones… Marcelo Ebrard y Ricardo Monreal son mencionados para llegar al relevo. El problema, para ambos, es que ninguno realmente quisiera y, para el Presidente no es sencillo encontrarle sustituto a ninguno, ni en la cancillería, ni en el Senado.

POR MANUEL LÓPEZ SAN MARTÍN 

M.LOPEZSANMARTIN@GMAIL.COM 

@MLOPEZSANMARTIN

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