El presidente y Durazo

Su secretario de Seguridad no le ayuda, le estorba; necesita soluciones, no pretextos

Su secretario de Seguridad no ayuda. Le estorba. El Presidente necesita quien quite problemas, no quien los genere. Soluciones, no pretextos. Certeza, no dudas. Decisión, no titubeos.

Necesita en quien confiar, no alguien que le administre la información. Precisión, no especulación, para tomar decisiones. Requiere capacidad de reacción, no bandazos en momentos de crisis. Conocimiento operativo y técnico, no improvisación. Necesita que le despejen el camino, no que le pongan piedras en él.

CULIACÁN, COMO ESTAMPA

En 12 horas, el secretario cambió su versión de los hechos. Van seis días de la fallida operación y aún aparecen dosis de realidad. Seguimos reuniendo piezas de un rompecabezas que quizá ni Alfonso Durazo podría armar.

Primero, durante cinco horas, mientras las balaceras ocupaban las redes y la falta de información alimentaba la especulación, desapareció. Entre 2:00 y 7:00 pm, la dependencia a su cargo no dijo nada. Él, tampoco. El vació se llenó con rumores y trascendidos.

7:20pm: la Secretaría comunicó en Twitter que más tarde informaría. 8:28 pm: al fin Durazo apareció con otros integrantes del gabinete de Seguridad. Tras más de seis horas de ausencia, dio una versión falsa. Aseguró que “un patrullaje de rutina” llevó a una treintena de elementos a ser atacados para luego tener que “repeler la agresión” y tomar “control de la vivienda, localizando en su interior a cuatro ocupantes” posteriormente identificando a “uno de ellos como Ovidio Guzmán López”. Lo anterior, aseguró, provocó que “grupos de la delincuencia organizada rodearan la casa” con una “fuerza mayor a la de la patrulla” mientras otros grupos realizaron acciones que generaron “pánico” lo que derivó en que “acordamos suspender dichas acciones”.

Una hora después corrió en redes la versión, luego confirmada, de que los elementos que participaban en la operación tuvieron en su poder a Guzmán López, pero lo dejaron ir. Tras su fallida aparición pública, Durazo confirmó a Reuters lo que trascendía.

Tras 12 horas cambió su relato. Sus palabras —y las del secretario de la Defensa, Luis Cresencio Sandoval— se aproximaron más a “operativo mal diseñado” y “con fallas”. Dijo, “si el día de ayer salimos con una posición distinta es porque teníamos información diferente a la que fluyó en la noche”. ¿Durazo informó al Presidente con datos erróneos?

Por más que lo deseé, no hay ese “punto de inflexión” en la espiral de violencia de dice Durazo. 2019 es, hasta ahora, el año más sangriento: 25 mil 890 homicidios dolosos entre enero y septiembre; 2.4% más que en 2018.

Sin seguridad, no habrá 4T posible. El Presidente avanza en varias pistas, su combate a la corrupción camina, su compromiso con la austeridad está fuera de duda y la columna vertebral de los programas sociales es robusta, pero sin seguridad nada importará. Su secretario se quedó rezagado. El fusible se quemó. Hay que cambiarlo. Y rápido.

POR MANUEL LÓPEZ SAN MARTÍN 

M.LOPEZSANMARTIN@GMAIL.COM 

@MLOPEZSANMARTIN

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