Votación, credibilidad y popularidad. De acuerdo con mediciones serias, la aprobación de la gestión de AMLO ronda entre 60 y 70%. Dicho de otro modo, 35% no validaría su administración.
De los ciudadanos que sí aprueban el quehacer del gobierno, 70 de cada 100 son su voto duro. El restante 30% lo apoya, pero NO incondicionalmente. A ellos me referiré de forma particular en este texto.
La oposición se equivoca. Los críticos de López Obrador, empezando por la oposición partidista, insisten en cuestionar a la 4T desde el punto de vista de su eficiencia, aptitud técnica y en función de su desempeño como gobierno. Grave error. A AMLO lo eligieron por la esperanza volcada en la honestidad, confianza y credibilidad que ofrecía. En el fondo, los mexicanos no evaluamos a los políticos (ni los elegimos) por su capacidad y experiencia. Estas eran las banderas del PRI: “nosotros sí sabemos cómo hacerlo”. La 4T apeló a emociones para llegar al poder. La mayoría de la población está/estaba harta de la deshonestidad y falta de credibilidad de la clase política; su posible capacidad o falta de ella fue un factor secundario en su voto, y hoy los críticos del régimen se equivocan si creen que eso ha cambiado.
La 4T nos debe una explicación. La ineficiencia del operativo de Culiacán y la pobre estrategia en materia de seguridad no cobran importancia para el voto NO duro de AMLO.
Lo esencial para el lopezobradorismo es mantener la credibilidad, la certeza y la apariencia (o realidad) de honestidad ante el segmento de los electores que lo apoyan en función de esas variables. De ahí que, por justicia elemental, pero además por maniobra electoral, el Presidente y su gabinete requieren aún presentar una explicación comprensiva, certera y clara de lo que ocurrió el jueves.
Ya no más “otros datos”. Como consecuencia de lo anterior, y dado que el apoyo y credibilidad hacia López Obrador ya se vio mermado por este suceso (ver encuesta AMLOVEmetrics del 18 de octubre en SDP Noticias o la medición de ayer de Reforma; en ambos casos la población se encuentra abiertamente dividida entre apoyar, o no, la decisión de dejar en libertad a Ovidio Guzmán), bien haría el Presidente en darse cuenta que el apoyo electoral cuando depende de su credibilidad no es inelástico, dirían los economistas. Esto es, puede cambiar.
¿Mantendrá su aprobación? A partir de ahora será doblemente costoso que AMLO recurra a su socorrido “yo tengo otros datos”.
No se han realizado las mediciones de aprobación de la 4T después de las balaceras de la semana pasada, pero aquí sugiero que es posible que se vea debilitada.
Lección para los críticos a este gobierno, sobre todo la denuncia interpuesta por el PAN por los hechos de Culiacán: sus argumentos no tendrán efecto en la popularidad del régimen, a menos que golpeen la credibilidad y veracidad de la información que proporciona. Si insiste en analizar la eficacia del gobierno, la oposición continuará perdiendo.
POR VERÓNICA MALO GUZMÁN
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@MALOGUZMANVERO
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