Tiene razón el presidente Andrés Manuel López Obrador cuando afirma que su estrategia para enfrentar a la delincuencia organizada es muy diferente a la que implementó el “comandante Borolas”, como calificó a Felipe Calderón.
Calderón declaró la guerra al narco, que duró seis años y finalmente la perdió, y el gobierno de la 4T optó por liberar al principal capo de la droga en México, pedirle que se porte bien —que no masacre a civiles y soldados—, ofrecerle disculpas, acusarlo con su papá, que está preso, y con sus abuelos porque se ha portado mal, y darle la bendición. ¡Gracias, señor Presidente por soltar a nuestro hijo, que es un santo! Le respondió la familia Guzmán.
Otra diferencia entre gobiernos conservadores y la 4T para combatir al crimen es que como “va de pelos” la estrategia, que consiste en evitar confrontación directa con cárteles de la droga y negociar con ellos, no va a cambiar. “Los opositores a mi gobierno no quieren reconocer que la estrategia contra la delincuencia es adecuada y que va bien”, subrayó el Presidente.
¡Nos están humillando! Podrían exclamar los efectivos de la Guardia Nacional, que en el penoso caso del Chapito cargaron la culpa del operativo porque tuvieron la ocurrencia de pretender detenerlo con un grupito de 35 elementos.
Este personal, en un afán por obtener resultados positivos, actuó de manera precipitada, con deficiente planeación, así como falta de previsión sobre las consecuencias de la intervención, omitiendo además obtener consenso de sus mandos superiores…”, afirmó el secretario de la Defensa Nacional. ¡O sea se fueron por la libre! Dirían los observadores.
Una diferencia más: en el gabinete de Seguridad Nacional no son capaces de ponerse de acuerdo ni siquiera para las declaraciones sobre el delicado asunto de Culiacán. En el sexenio del “comandante Borolas”, nunca se supo que éste desmintiera a sus colaboradores, como lo hizo el presidente López Obrador quien aclaró que no fue una acción circunstancial pretender echarle el guante al Chapito, sino un operativo de orden de captura.
La última diferencia: en el gabinete de Seguridad de Calderón no había poetas que declamaran lo siguiente: “Nuestro objetivo no es ganarle un duelo a una organización criminal, sino recuperar paz. No buscamos enlutar hogares, sino resarcir el desgarrado tejido social de nuestra patria… No interesa andar por la vida envueltos en un manto de sangre. Vamos a ganar el desafío de la paz, pero no convirtiendo a México en un cementerio mayor al que ha sido por años”. ¡Venga poeta!
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AGENDA PREVIA: El gobernador de Oaxaca, Alejandro Murat Hinojosa, refrendó el compromiso de su gobierno con la federalización para garantizar salud, paz y bienestar social de Oaxaca y el país. “Siempre estaremos listos y coordinados para enfrentar a aquellos que no representan valores y principios de los mexicanos”, afirmó, en el marco de la gira del presidente Andrés Manuel López Obrador.
POR LUIS SOTO
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