El inicio de octubre trajo consigo anuncios por parte del gobierno de Lenín Moreno en Ecuador, el presidente presentó el paquete fiscal donde se da la noticia de que habrá recortes para lograr un ahorro de mil 400 millones de dólares. Parecería que es un acto responsable del mandatario, pero el entorno que vive desde que tomó la Presidencia en 2017 no ha sido favorable, vive bajo la sombra de Rafael Correa quien gobernó por 10 años (ahora se encuentra en Bélgica por procesos judiciales abiertos) y representaba parte del “socialismo del siglo XXI” y del bloque bolivariano junto con Hugo Chávez y Evo Morales.
Lenín Moreno buscó desmarcarse de su antecesor, sin embargo, en Ecuador sigue teniendo fuerza el correísmo tanto desde la Asamblea Nacional, como en las calles, por lo que el anuncio del “paquetazo (económico)” fue la gota que derramó el vaso para que los ecuatorianos, comandados por la Confederación de Nacionalidades Indígenas (Conaie) y su líder Jaime Vargas, salieran a manifestarse en contra de la cancelación del subsidio a gasolina y diesel (decreto 883), que impactará a los que menos tienen.
Estos recortes fueron aplaudidos por el Fondo Monetario Internacional (FMI) a través de un comunicado en el cual menciona que: “Las reformas anunciadas por el presidente Lenín Moreno tienen como objetivo mejorar la resiliencia y la sostenibilidad de la economía ecuatoriana y fomentar un crecimiento sólido e inclusivo. El anuncio incluyó decisiones importantes para proteger a los pobres y más vulnerables, así como para generar empleo en una economía más competitiva”, sin embargo la percepción es que Lenín Moreno se encuentra —atado de manos— con este organismo ya que en febrero se autorizó un préstamo por 4 mil 200 millones de dólares.
Debido a lo anterior el gobierno de Moreno se encuentra debilitado ante el descontento social, ante el expresidente Correa, quien celebra las movilizaciones, pero a la vez niega que esté involucrado. La respuesta del gobierno de Moreno fue sacar a la policía y militares para reprimir la protesta y este enfrentamiento ha dejado al menos cinco muertos, según la Defensoría del Pueblo, aunado a la persecución de líderes que representan al correísmo como Virgilio Hernández, Gabriela Rivadeneira y Paola Pabón.
El presidente Moreno ha experimentado en propia mano la fuerza de la Conaie, quienes en el pasado lograron sustituir a los presidentes Abdalá Bucaram, Jamil Mahuad y Lucio Gutiérrez, sumado a los grupos de Correa, que incluso han propuesto que se utilice el mecanismo de “muerte cruzada” que significa que se disuelva el Legislativo y el Ejecutivo para convocar a elecciones, que se derogue el decreto 883 y que salga el FMI de Ecuador.
El presidente Lenín Moreno no tiene un futuro prometedor, puesto que aún reculando en el “paquetazo”, el descontento social y el correísmo están tocando la puerta, aunado a que el FMI seguirá controlando las políticas económicas de Ecuador, igual como sucede en Argentina, hasta que se vea saldada la cuenta que tiene pendiente, por lo que todo indica que sea el adiós a Lenín.
POR ADRIANA SARUR
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