Para algunos funcionarios de alto nivel de la 4T, la maestra de la maldad y la perversidad, Elba Esther Gordillo, ya no representa un peligro para el sector educativo. Ya no volverá a ser la cacique del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación, ni va a mangonear a los líderes de la CNTE. Tampoco influirá en la política educativa del país, como lo hizo en los sexenios de Carlos Salinas, Ernesto Zedillo, Vicente Fox y Felipe Calderón, hasta que en 2013 la enviaron a la cárcel; mucho menos humillará a los funcionarios de la Secretaría de Educación Pública que no quieran cumplir sus exigencias, como lo hizo con Josefina Vázquez Mota, por ejemplo.
Según los susodichos funcionarios, la única posibilidad que tiene la profesora Gordillo de resucitar, es en la política, siempre y cuando resuelva a su favor la disputa por el botín, perdón, por el partido Redes Sociales Progresistas, que mantiene con Iván Peña Nader.
A principio de este año, Fernando González, yerno de Elba Esther Gordillo, dijo en una entrevista con El Heraldo de México, que en la nueva organización política –que quiere convertirse en partido para la clase media que está en extinción, afín al gobierno de Andrés Manuel López Obrador-, su suegra puede ser y hacer lo que quiera.
Sobre la entrevista, en esta columna comentamos: Fernando González, quien alguna vez intentó darle a su suegra un golpe de Estado con la presidencia del SNTE, afirmó que el nuevo partido tendrá como bandera el combate a la corrupción y la democracia sindical, lo que dejó perplejos a los lectores y a varios observadores políticos, quienes no olvidan que la principal característica de los dirigentes sindicales que engendró y amamantó el PRI –y entre ellos está la susodicha-, fue la corrupción. Lo que no quieren reconocer es que hay milagros, podría responder el yerno, quien desde hace un par de años ha tratado de convencer a la opinión pública de que los casi seis años que pasó en prisión, le sirvieron a Elba Esther para fortalecer su espiritualidad y arrepentirse de sus pecados.
González Sánchez había dicho un año antes: “Es una mujer de bien, honorable, que ha sido injustamente afectada por campañas de desprestigio… ella ha hecho mucho por el país y por los docentes, siempre ha tenido una actitud abierta, demócrata, de diálogo; es una política profesional… una mujer muy informada, muy culta, muy vertical en sus valores, en sus principios…” ¡El profundo cariño a la suegra, pues!
En la entrevista con El Heraldo de México, González insistió: “Ella es una política de tiempo completo, de peso completo; es una mujer que respetamos y ella podrá ser lo que ella quiera (dentro del partido)”. ¿O sea que ya no es malvada, perversa, mentirosa…? Preguntamos en su oportunidad.
Elba Esther y su yerno nunca se imaginaron que les iba a brincar la liebre por los derechos de propiedad del partido Redes Sociales Progresistas. Aunque encantadora como es –de serpientes, acotan sus detractores-, podría convencer a Iván que le ceda los derechos de la marca.
POR LUIS SOTO
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