López Obrador fue como Guaidó

El 20 de noviembre de 2006, ante un Zócalo pletórico, se autroproclamó presidente legítimo de México

Frente a un Zócalo repleto de seguidores, el 20 de noviembre de 2006, Andrés Manuel López Obrador, el candidato derrotado en las elecciones presidenciales de ese año, rendía protesta como presidente legítimo de México. Ante lo que él y la coalición Por el Bien de Todos consideraron el fraude más atroz de la historia contemporánea de México, López Obrador decidió no quedarse al margen de la Presidencia de la República. En ese acto, Rosario Ibarra de Piedra le impuso una “banda presidencial” mientras que la escritora Elena Poniatowska entregó al presidente legítimo las conclusiones de la Convención Nacional Democrática, con 20 objetivos que el Ejecutivo legítimo impulsaría a partir de ese momento. En su discurso, López Obrador declaró abolido el régimen de corrupción y privilegios, y pidió comenzar la construcción de una nueva República. Con un gabinete alterno, el entonces presidente legítimo se comprometió a defender el patrimonio y derecho de todos los mexicanos. Las imágenes de hace casi 13 años muestran un multitudinario acto que sin duda nos recuerdan las calles de Caracas, cuando Juan Guaidó, presidente de la Asamblea Nacional, se proclamó la semana pasada como “presidente encargado del gobierno de Venezuela”. A diferencia de López Obrador en 2006, Guaidó cuenta con el respaldo de la Unión Europea, de la Organización de Estados Americanos, de Canadá y Estados Unidos. Además, Guaidó ya recibió el apoyo de la representación militar de Venezuela en Washington por el general José Luis Silva Silva. El gobierno de México, que encabeza Andrés Manuel López Obrador, ofreció sus oficios de mediador para un dialogo entre Nicolás Maduro, presidente de Venezuela, acusado de ilegítimo, y el joven presidente de la asamblea venezolana. Ante la posición del gobierno de México de neutralidad y de mediación, y debido a la enorme crisis política y humanitaria que vive Venezuela que ha sumergido a ese país sudamericano en la corrupción y en la violación de los derechos humanos, el joven político dijo: “estoy seguro de que el presidente López Obrador hará lo correcto”. ¿Qué es lo correcto?, apoyar a Juan Guaidó como presidente legítimo, tal y como hubiese esperado en aquel año de 2006. Guaidó conoce la historia de López Obrador. El ahora Presidente de México debe ver en Guaidó a las nuevas generaciones que luchan por combatir la corrupción y promueven la libertad de sus pueblos. Guaidó y López Obrador están hermanados por su lucha. Un apoyo a Maduro sería una grave incongruencia, sería apuntalar los vicios de la política que López Obrador juró abolir. La decisión está en sus manos.   CORAZÓN QUE SÍ SIENTE Algo no me gusta en la promoción exagerada de Yalitza Aparicio, incipiente actriz protagónica de la cinta Roma, de Alfonso Cuarón. En un mundo racista, hay una carga de hipocresía en todo esto. Ojalá que después de los Oscar se acuerden de ella.  

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