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Primer tache

A las PRIMERAS DE CAMBIO, GERARDO MARTINO TENTÓ A UN jugador ARGENTINO PARA LLEVARLO A LA SELECCIÓN DE MÉXICO

OPINIÓN

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Antes siquiera de lanzar su primera convocatoria como entrenador de la Selección Mexicana de Futbol, Gerardo Martino sondeó precipitadamente al volante argentino Iván Marcone para incorporarlo a la larga al equipo tricolor. Lamentable falta de tacto del flamante nuevo timonel del equipo nacional. Marcone fue indiscreto y reveló el acercamiento de Martino. Es muy posible que el mediocampista haya querido llevar agua a su molino, quedando bien con la selección de su país ante un eventual llamado, pero el caso es que dejó mal parado al Tata. Martino ni siquiera ha terminado de hacer un análisis profundo del universo de jugadores nativos elegibles para la Selección y ya le habló al oído a un paisano suyo, que inesperadamente lo balconeó durante su primera conferencia de prensa como jugador del Boca Juniors, tras haber dejado al Cruz Azul. En México existen varios medios de contención: Gallito Vázquez, Burrito Hernández, Jesús Molina, Jonathan González, Michael Pérez o Carlos Rodríguez. Incluso Héctor Herrera y Jonathan Dos Santos han sido habilitados en dicha posición. Si son mejores o no que Marcone, ese no es el punto. Se trata del hecho en sí mismo. Ultimadamente, ni Marcone ni Rogelio Funes Mori (que acaba de levantar la mano) podrían ser convocados en estos momentos. Es importante recordar que un futbolista extranjero necesita que transcurran dos años para poder naturalizarse y tres años después ya puede ser elegible para la selección del país que lo adoptó. Funes Mori lleva menos de 4 años en México. Además, si un jugador participó con la escuadra de su país de origen, puede jugar con la de otra nación únicamente si en el momento de hacerlo con la primera ya contaba con la doble nacionalidad. Fue el caso de Edgar Castillo, quien vistió tanto la playera mexicana como la estadounidense, pero esto no aplica en el caso del mellizo, dado que ya disputó con Argentina el sudamericano de 2011, competición oficial de la Conmebol, y por ende avalada por la FIFA, en la que incluso anotó dos goles, por lo que no es elegible para jugar a futuro con la Selección Mexicana. ESPEJISMO A todo esto, jugar con naturalizados es un espejismo. Una ayudadita externa. Los Mundiales se crearon para definir qué país era mejor que otro jugando futbol. Jugar con naturalizados impide que se refleje cabalmente el nivel de futbol de un país. Como los de aquí no son suficientemente buenos, traigan a los de fuera y pónganles la verde, a ver si así llegamos al quinto partido. Un recurso engañoso e innecesario. En definitiva es más realista jugar con lo que se tiene, a ver “de a cómo nos toca”.