Uno de los histriones más grandes e importantes de los últimos años por fin, podría ganar este año su primer Oscar por darle vida al pintor neerlandés Van Gogh, esperemos que no sea un eterno rey sin corona y que ahora sí sea suyo
La vida de Vincent Van Gogh, conlleva mitos más allá del legado de sus pinturas: su vida, o mejor dicho, los últimos meses de su vida, enfermo, pobre y encerrado en un asilo mental, se han transformado en inspiración para más de cinco biopics sobre el holandés. Sin embargo, En la puerta de la eternidad, es una de las cintas que han retratado de manera objetiva el declive emocional de Van Gogh y cómo sus demonios fueron motivación.
Lo mejor es la actuación de Dafoe, que le valió llevarse la Copa Volpi como Mejor Actor en Venecia. La humanidad y honestidad que le impregna a su personaje fue una muestra de la maestría que ha impregnado al actor. Podría por fin, ganar un Oscar.
Desde su primera nominación en 1986, interpretando a un sargento varado en Vietnam, se ha caracterizado por personajes decadentes y bajo encrucijadas morales, como fue en La última tentación de Cristo, el misterioso Max Schreck en La sombra del vampiro o el cuidador de un hotel en la joya indie, The Florida Project. Incluso, su Normsan Osborne, debería ser catalogado como uno de los grandes villanos en la historia.
En los últimos 15 años, diez ganadores a Mejor Actor han interpretado a un personaje histórico; con este dato, parece que tiene un camino claro en época de premiaciones, sin embargo las campañas a favor de Christian Bale en Vice y sus triunfos en los Globos de Oro y Critics' Choice lo posicionan como el favorito para el galardón más relevante de la industria.
Dafoe, a pesar de haber logrado la actuación de su carrera, se quedará una vez más como un rey sin corona.