Trump: Una situación preocupante

Las revelaciones sobre desconfianza de servidores públicos hacia su presidente son correspondidas

Muy al margen de cualesquier otra situación, el artículo anónimo publicado el miércoles en la página web de The New York Times por un autodefinido "miembro de la resistencia interna" contra acciones del presidente Donald Trump, representa un extraordinario testimonio de lo que cada vez más parece una seria crisis política. El texto —atribuido a "un alto funcionario" y difícil de cuestionar por antecedentes cada vez más numerosos— refleja un aparato político-burocrático que desconfía de la estabilidad emocional y duda de la capacidad intelectual y política de un gobernante que, a base de explotar temores y resquemores y ofrecer soluciones rápidas a problemas profundos, es ciegamente apoyado por un importante sector de la sociedad estadounidense. Las revelaciones sobre esa desconfianza de servidores públicos hacia su propio presidente son correspondidas, a su vez, por la evidente desconfianza de Trump hacia sus asistentes: de acuerdo con los testimonios publicados por la prensa estadounidense, "reacciona con volcánica furia" y paranoia ante las cada vez más frecuentes revelaciones sobre los trabajos internos de su gobierno. El martes por la tarde, Trump hizo erupción cuando partes de un libro próximo a salir, obra del reportero Robert Woodward, presentó su Casa Blanca como una especie de manicomio, donde asistentes de alto nivel se sienten obligados a sustraer documentos del escritorio del presidente para evitar acciones que consideraban como negativas para el país. El miércoles, el texto en el diario neoyorquino simplemente hizo notar que dentro del gobierno de Trump hay un grupo de personas que no son necesariamente opuestas al presidente, pero sí creen que deben protegerlo, y a Estados Unidos, de paso, de su propia ignorancia y de sus reacciones. Desde el principio de su gobierno, Trump, que tiene un ego y una paranoia más que saludables, denunció la existencia de un "Estado profundo", especialmente en los servicios de inteligencia y el aparato judicial, opuesto a su régimen. El libro de Woodward, el texto en el Times, la acumulación de relatos y testimonios, sólo confirman sus creencias. Pero al mismo tiempo, para los políticos y funcionarios gubernamentales de carrera que se consideran como parte del "Estado estable", las formas y el estilo de Trump son preocupantes por el tipo de problemas que pueden crear sus decisiones dentro y fuera del país. La situación es enormemente complicada toda vez que, por un lado Trump, a gustar o no, es el presidente democráticamente electo de Estados Unidos y tiene una base de apoyo real. Es cierto también que la oposición a su gobierno es quizá tan grande, al menos tan sólida y a la espera del momento de detenerlo. Por otro lado, que un anónimo aparato político-burocrático no-electo supervise y bloquee cuando es necesario al presidente de la mayor potencia mundial, no puede dejar de preocupar.