Diego no es la solución

El show que rodea la contratación de Maradona como director técnico de Dorados es lo que empieza a molestar

No quiero pasar por alto la contratación de Diego Maradona como entrenador de los Dorados de Sinaloa. Ya debutó en un partido de Liga de Ascenso y su equipo derrotó por goleada 4-1 a los Cafetaleros de Tapachula que, ganó su lugar para subir a la Primera División y por no cumplir con el cuaderno de cargos se quedaron en la división de ascenso. En lo deportivo, bien. Primer partido, un triunfo. Sumaron tres puntos. Hasta ahí Maradona está haciendo el trabajo que necesita Dorados para salir del fondo de la tabla. Está en la posición 11 de 15. Donde me empieza a molestar el tema de Diego es en todo el show montado a su alrededor. No sé cuántos puntos de rating o a cuánto ascienden las ganancias de ESPN por la transmisión del partido, el previo y las entrevistas finales con algunas de sus máximas estrellas del análisis futbolero. Pero hacer una transmisión en donde a mitad de la pantalla había otra pequeña pantalla que seguía cada movimiento de Maradona en la banca me parece un absurdo. Entiendo que ver jugar a Dorados de Sinaloa puede no significar mucho. Un equipo sin figuras, olvidado en la Liga de Ascenso, con malos resultados. Sí, claro, ¿a quién le importa? Entiendo que por la figura que representa, Maradona era lo único atractivo de ese partido que fue televisado el lunes 17 y cuya transmisión se extendió casi a la media noche. Pero, ¿Qué vimos de Maradona? ¿De qué sirvió esa imagen permanente del entrenador a lo largo del partido? ¿Aprendimos cómo se dirige un partido? ¿Vimos a un extraordinario director técnico en acción? No. Vimos lo que es Diego, lo que el ex estrella del futbol ha enseñado durante los últimos años cada vez que sabe que tiene encima una cámara de televisión. Sus gestos grotescos, sus desfiguros. Maradona, señores, es un tipo impresentable. Como jugador, su calidad fue incuestionable; más allá de los errores que cometió con los drogas. Como entrenador, poco o nada le ha dado a los equipos que ha dirigido. Es obvio que su presencia es cuestión de mercadotécnia. Un acierto de la familia Hank Rohn, dueña de Dorados, para voltear los reflectores hacia su club, para llamar la atención, para simplemente ponerse durante unos días en el centro de la noticia. Maradona, como entrenador, ha demostrado ser una persona de valores escasos; de modales cuestionables que, incluso, se expresó feamente de México y su futbol, del propio Hugo Sánchez; que raya en lo patético y ridículo, que no representa ningún modelo a seguir ni para niños ni para adultos. Diacrítico. Maradona fue. Ya no es. Se toman fotos y piden autógrafos al recuerdo de un grande. En la alabanza al ídolo caído, le dan valor a la antítesis del deporte. CAMACHODEPORTES@GMAIL.COM