Adriana Sarur: La fiesta de la Ciudad de México

Se debe enfrentar la realidad, se debe volver al trabajo cotidiano de velar por los intereses de la ciudadanía en la Ciudad de México

La Ciudad de México está de manteles largos puesto que estrena Congreso local y Constitución Política. El pasado 17 de septiembre se instaló la primera Legislatura del Congreso de la Ciudad de México al rendir protesta 33 diputadas y 33 diputados para desempeñar su cargo durante los próximos tres años, siendo esto un hecho histórico para los habitantes de la capital del país. Asimismo, junto con el primer Congreso de la Ciudad, entró en vigor la primera Constitución Política de la Ciudad de México, la cual se aprobó y ratificó por la Asamblea Constituyente el 31 de enero de 2017. Este paso que ha dado la Ciudad de México, plasmado en su Congreso local y en su Constitución Política, no ha sido fortuito, se debe a la madurez democrática de sus habitantes -quizá la mayor del país-, también a su lucha constante de distintos grupos sindicales, sociales y, sobre todo, estudiantiles. También es de celebrar que, con estos sucesos históricos, se refuerza el ideal de la democracia, del cumplimiento de los derechos humanos, el enfoque metropolitano, así como el del federalismo. Pero después del festejo se debe enfrentar la realidad, se debe volver al trabajo cotidiano de velar por los intereses de la ciudadanía. La responsabilidad de las y los diputados de la Ciudad de México será ardua, porque además de contribuir a dar solución a las problemáticas que aquejan a todo el país, como el combate a la corrupción, la inseguridad y una larga lista de etcéteras, también deberán abocarse a los pendientes acerca de la reconstrucción de las zonas afectadas por los sismos del 7 y 19 de septiembre de 2017, entre otras cosas. Aunado a estas tareas, la primera Legislatura será la encargada de darle cuerpo a la carta magna de la capital a través de las leyes secundarias. Esta tarea no resultará fácil, porque a pesar de ser una Constitución de avanzada y con un corte progresista, ya que en ella plantea un racimo de derechos de la ciudadanía con artículos como el 5°, que habla de una -ciudad garantista-; o como el 7°, donde habla del Derecho a la Buena Administración, también se encuentran deficiencias en su diseño institucional e incluso una desconexión entre la ciudadanía y su gobierno. Otro de los retos que deberá enfrentar el Congreso local será el de llevar a cabo los consensos necesarios para atender las necesidades de la sociedad, una ciudadanía que cada día está mejor informada y exige que sus legisladores cumplan con sus demandas y que en todo momento se debe de tomar en cuenta, por lo que la oposición tiene que ser muy crítica, así como el grupo que ostenta la mayoría de las curules deberá demostrar que es muy responsable al empujar o bloquear una ley. Así pues, las y los diputados locales, quienes son la figura de representación con mayor cercanía a la ciudadanía, tienen la responsabilidad y la oportunidad de que la celebración de la instalación del primer Congreso de la Ciudad de México y la puesta en marcha de su Constitución Política, sea recordada como tal y no como una resaca.   ADRIANA SARUR COLABOADORA @ASARUR