La lucha de Andrés Manuel contra la corrupción va en serio. Creará una estructura para hacer frente al crimen organizado y acabar con los instrumentos que han servido a funcionaros y políticos para enriquecerse ilícitamente al amparo del poder. Empresas fachada y factureras están en el número uno de la lista para ser desmantelas por la Unidad de Inteligencia Financiera (UIF), a partir del 1 de diciembre. También pondrán bajo la mira a joyeros, notarios y corredores públicos, a empresas especializadas en traslado de valores y al sistema bancario, particularmente todo aquello que tenga que ver con lavado de dinero y flujo de efectivo. De acuerdo con un diagnóstico que tiene en sus manos el equipo de transición del Presidente electo, las instancias encargadas de hacer frente a ese tipo de delitos trabajan hoy de manera desintegrada. En el SAT, la UIF y la PGR, cada quien jala por su lado. Y el país no ha logrado abatir el blanqueo de capitales (principal motor del crimen organizado y la corrupción en todas sus modalidades) a pesar de contar con un sistema adecuado, elaborado bajo parámetros internacionales. La explicación es simple: creen que la PGR tiene la consigna de no judicializar casos relevantes y sólo hacer visibles aquellos que convienen políticamente, algo muy parecido a lo que ocurre en la UIF, donde casos de peces gordos no llegan a una carpeta de investigación. Ésa es la razón por la que estamos como estamos en el país: actualmente se lavan en el sistema financiero mexicano hasta 50 mil millones de dólares, equivalentes a un billón de pesos. El diagnóstico está hecho, y uno de los responsables de encabezar la cruzada contra la corrupción será el ex fiscal electoral Santiago Nieto, designado como próximo titular de la UIF. Su misión es concluir investigaciones abiertas, como el caso Odebrecht, pero sobre todo, desmantelar estructuras financieras ilegales. Y no se permitirán los diezmos del viejo PRI, los moches del PAN, ni las empresas fantasma para robar como en los gobiernos priistas de los estados. Una de las primeras medidas, me dijeron, será tener acuerdos semanales entre los secretarios de Hacienda, Carlos Urzúa; y de Seguridad Pública, Alfonso Durazo; con el titular de la UIF, Santiago Nieto. Van contra todo aquel que cometa actos de corrupción, porque quien la haga, tendrá que atenerse a las consecuencias. Sólo que no se malentienda: justicia sí; venganza no. Ésa es la consigna con la que AMLO quiere arrancar la Cuarta Transformación y lo que viene es un paquete de reformas para poner dientes a las instituciones contra el lavado de dinero, robo de hidrocarburos, la portación de armas y hasta los delitos electorales. Y como dice el filósofo… Nomeacuerdo: “¡Esto no es una promesa, esto no es una amenaza, es sólo la forma en que va a ser!”
ALFREDO.GONZALEZ@HERALDODEMEXICO.COM.MX @ALFREDOLEZDeclarada, la guerra contra la corrupción
AMLO va contra los sistemas financieros del crimen organizado y políticos que hacen negocios al amparo del poder