Por un asunto inevitable, tuve que viajar a Estados Unidos y comprobé, una vez más, la enorme distancia que nos separa en materias política y de libertad de expresión. Mientras aquí nos debatimos en la chunga del Tupperware Challenge y el gasto de alimentos a cargo del erario para nuestros senadores y diputados, nuestros vecinos se ocupan de otros asuntos.
Lunes, 7 am. Inicia la semana con los muy influyentes noticiarios matutinos de la televisión gringa. Primera nota, Leslie Moonves, director ejecutivo y presidente de la cadena de televisión CBS, renunció envuelto en un escándalo sexual . Doce mujeres lo acusan de haber abusado sexualmente de ellas. La revelación ocurre después de que en julio pasado, la revista The New Yorker publicara que Moonves las obligaba a desnudarse y a practicarle sexo oral bajo amenaza de perjudicar sus carreras profesionales en caso de no acceder. Sorprendente, además, ¡la noticia la vi en la propia cadena CBS! que admitía que eran decenas las acusaciones de mujeres contra su ex presidente ejecutivo.
Moonves lo negó. Sólo admitió haber tenido encuentros sexuales consensuados con tres de ellas. Tanto él como la CBS aceptaron donar 20 millones de dólares a organizaciones que apoyan el movimiento #MeToo. Todo esto lo vi entre sorbos de café, nudo de corbata y mancuernillas antes de salir a una cita.
Pero faltaba más, segunda nota: El vicepresidente Mike Pence dijo estar dispuesto a someterse al detector de mentiras. Una reportera preguntó a Pence si estaba seguro de que nadie de su staff había escrito el artículo anónimo, publicado días antes por The New York Times, donde un alto funcionario de la Casa Blanca aseguró que, junto con muchos otros funcionarios, no estaba de acuerdo con la visión ni las decisiones del presidente Trump. Un titubeante Pence respondió que conocía a sus colaboradores y sabía que ninguno lo habría escrito. La reportera insistió y le preguntó si estaba dispuesto a someterse al detector de mentiras, a lo que el vicepresidente de Estados Unidos, claramente nervioso, apenas balbuceó que sí. ¡Wow, vaya clase de bombas informativas para abrir semana!
Entonces, decidí echar un vistazo a la información relevante en México y me topé con el Tupperware Challenge y el Termo Challenge. La guasa de la agenda nacional me regresó los pies a la tierra. ¿Veremos algún día en los medios mexicanos temas noticiosos del calibre del detector de mentiras para el vicepresidente o el escándalo sexual en la CBS?, pensé. Con una sonrisa de resignación me puse el saco, tomé las llaves del coche, mi cartera y salí rumbo a mi cita.
BON APPÉTIT
Luis Castro, líder de Nueva Alianza aseguró que el TEPJF silenció “a las minorías alternativas, a la pluralidad”. Que lucharán para estar en la boleta de la elección federal intermedia y seguir siendo la fuerza liberal que el México del siglo XXI necesita.
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Tupperware vs. Detector de mentiras
Mike Pence dijo estar dispuesto a someterse al detector de mentiras