Una vez más la difícil discusión sobre lo que se considera racismo o actitudes sexistas salen a la luz en las redes sociales, a raíz del desafortunado desencuentro entre la leyenda del tenis estadounidense Serena Williams, y el árbitro portugués Carlos Ramos durante la final del US Open femenina el sábado pasado.
Al ver la repetición del partido, es notorio el mejor desempeño de Naomi Osaka, de Japón, de 20 años, contra una experimentada Serena Williams de 36, triunfadora de 39 títulos de Grand Slam y ganadora de oro en los Juegos Olímpicos de Sidney, de Pekín y de Londres.
Para nadie es grato sentirse superado por las nuevas generaciones y para la deportista estadounidense eso fue intolerable. El trabajo de la japonesa fue impecable; brazo fuerte y preciso que sacó de sus casillas a Williams y que en su desesperación, arremetió contra Carlos Ramos, paciente árbitro portugués, uno de los mas respetados dentro de la Federación Internacional de Tenis, quien a lo largo del partido tuvo que soportar los gritos, ademanes e insultos de la tenista local.
Williams le exigió una disculpa ante lo que creía un error de marcación. Fue tanta su ira que lo llamó ladrón y detuvo el partido en varias ocasiones para reclamar a la autoridad en la cancha. Al final, Williams fue derrotada por la japonesa con parciales de 2–6 y 4–6, se fue con sanciones por coaching, insultos, por romper una raqueta y con una multa de 17 mil dólares. Las sanciones han sido consideradas como exageradas por algunos sectores e irrisorias para otros.
La Federación Internacional de Tenis ya se definió en apoyar a su árbitro Carlos Ramos, quien, dijo, hizo un trabajo impecable para mantener el orden. El colmo fue un cartón elaborado por el periodista australiano Mark Knight para el •Herald Sun, en donde dibuja a Serena Williams con sus rasgos faciales afroamericanos exacerbados en un berrinche monumental, aplastando su raqueta y un chupón en el suelo, mientras el juez, al fondo, pide a Naomi si la pudiera dejar ganar; Naomi es dibujada como una mujer blanca y rubia. Tan fuerte ha sido la discusión, que Twitter canceló el sitio del periodista ante señalamientos de racismo y sexismo.
El mismo diario declaró que el cartón sólo reflejaba el alboroto creado en la final. Williams aseguró que las sanciones fueron por ser mujer. Tenía todo en su contra: ser afroamericana, conflictiva, mujer, superada por una japonesa y un juez que la odiaba. La verdad es que no pudo reconocer la realidad, es una leyenda del tenis, pero vienen mejores. Hay que estar claros de que las personas estamos de paso, es fundamental para la salud mental.
CORAZÓN QUE SÍ SIENTE: El #Tuppers-Challenge parecería un juego, pero es parte de la política de austeridad en el Senado de la República, emprendida por Martí Batres, presidente de la Mesa Directiva. Todos a llevarse un recipiente con alimentos y nada de fastuosas comidas a cargo del erario. ¿Cuánto tiempo durará?
Racismo y sexismo
Serena Williams sobrerreaccionó contra el juez portugués Carlos Ramos