Hace poco más de un mes se llevó a cabo la elección más grande de la vida política de México, no sólo por el número de personas con posibilidad de votar, poco más de 89 millones de ciudadanos credencializados, sino también por el número de puestos de elección popular que se definieron, 18 mil 299, que van desde el Presidente de la República hasta regidores que integran los cabildos de ayuntamientos.
Para ello se requirió la participación de casi un millón 400 mil ciudadanos que integraron las mesas directivas de casilla, de las que se aprobó la instalación de 156 mil 807.
Los números hablan, por sí solos, del esfuerzo monumental de recursos humanos, materiales y económicos.
Podemos decir que la elección se llevó a cabo sin sobresaltos y de acuerdo a lo planeado, que el Instituto Nacional Electoral cumplió con su cometido constitucional, y hoy además pueden presumir que, al menos en la elección presidencial, ni siquiera hubo impugnación con el propósito de revertir o anular el resultado de ésta.
Sin embargo, un órgano autónomo como lo es el INE no debe de echar las campanas al vuelo, y está obligado a realizar un análisis exhaustivo de su desempeño y trazar rutas con objetivos medibles y cuantificables para superar sus deficiencias organizacionales, y también evaluar el desempeño de los responsables de cada área, porque habrá que decir que hay cuestiones que deben corregirse y subsanarse, y otras mejorarse.
Analicemos algunos rubros:
- Funcionamiento de las mesas directivas de casilla: El día de la jornada electoral, resulta que 40% de sus presidentes y secretarios tuvieron que ser sustituidos, lo que es un porcentaje altísimo, que desde mi punto de vista habla de un deficiente trabajo de selección de ciudadanos, que le resta certeza a la elección.
- Voto de los mexicanos en el extranjero: Es verdaderamente un fiasco lo que sucedió en este rubro, con más de 11 millones de compatriotas en el exterior y con partidas presupuestales acumuladas durante los años 2015 a 2018, que superan los mil millones de pesos, y que sólo hayan votado 98 mil 470 compatriotas.
Un comparativo, Colombia, con una población residente en el extranjero de menos de dos millones, tuvo una votación en primera vuelta que superó los 350 mil votos.
- Fiscalización: Si bien el sistema de revisión de gastos de los partidos políticos y sus candidatos se ha robustecido, básicamente sigue siendo una auditoría de gabinete a partir de informes que rinden éstos; existen casos probados y estudios que acreditan las maneras en que ingresan recursos indebidos, en efectivo, que el INE aún no fiscaliza por un deficiente trabajo de inteligencia financiera y una parca colaboración con las autoridades de Hacienda y el SAT.
Estos son sólo algunos rubros, aparte de los relativos a licitaciones, transparencia, austeridad, economía, de los que seguiremos abordando, en los que el Instituto Nacional Electoral tiene una deuda con los mexicanos.