La crisis de los Héctores en el PRD

Serrano consolidó su poder político en este sexenio, pero su ascenso se lo debe a Marcelo Ebrard

Son dos Héctores, uno Serrano y otro Bautista, y juntos tomaron el control del perredismo a nivel nacional y local; uno desde el poder del gobierno capitalino movía los hilos en la Ciudad de México, el otro, desde Nezahualcóyotl, construyó su poder. Se aliaron y los resultados están a la vista. Héctor Serrano consolidó su poder político en este sexenio, pero su ascenso se lo debe a Marcelo Ebrard, aunque en ese equipo no lo pueden ver ni en pintura. Las diferencias de aquel grupo están vigentes, ahora que el próximo canciller es uno de los cuadros más poderosos y cercanos a Andrés Manuel López Obrador. El operador político de Miguel Ángel Mancera iba a ser el coordinador de campaña en caso de que el ex jefe de Gobierno, dentro de la alianza Por México al Frente, hubiera tenido la responsabilidad de la elección nacional y local en la Ciudad de México, entidad en la que no hubo operación electoral. En el interior del PRD comentan que Serrano se dedicó a cuidar los proyectos de Mancera, lo acompañaba en las pocas giras que hizo por el país; estaba más pendiente de su ex jefe, que de la ruta que tomaba la debacle electoral. Incluso fue su corriente, Vanguardia Progresista, la que planteó bajar la intensidad de la estrategia para no molestar a Andrés Manuel López Obrador. Esos guiños lo entendieron como la necesidad de buscar un pacto con Morena, sobre todo por el arribo de Claudia Sheinbaum al Gobierno capitalino y las sorpresas que vaya a encontrarse en diciembre. Héctor Serrano será diputado federal en la próxima legislatura y busca la coordinación de la pequeña bancada del PRD, a ese cargo sólo puede arribar con la suma de votos de la gente de Héctor Bautista, pero en el interior de Alternativa Democrática Nacional también hay una crisis. El líder, de ADN tiene una revuelta con dos cuadros Juan Zepeda, senador electo y Omar Ortega, actual coordinador de la bancada del PRD en la Cámara de Diputados, ellos quieren tomar el control de la expresión y no están de acuerdo con la alianza con Serrano. Juan Zepeda quiere ser el coordinador en el Senado, de la “chiquibancada” de ocho senadores, que con el brinco de Xóchitl Gálvez y Emilio Álvarez Icaza, al PAN y como independiente, quedará más pequeña; pero van a recibir a Miguel Ángel Mancera, en una de esas cierran en siete y lo más importante, reciben una partida como grupo parlamentario. Tanto Zepeda como Ortega salieron de Neza, son creaciones de Bautista, pero ellos van por la elección abierta de los pocos cargos que tiene el PRD, si logran superar a su líder podría haber una recomposición de “tribus”. Por tradición en el PRD, se han repartido esos cargos entre las corrientes mayoritarias, bajo el principio que nadie repita en dos posiciones; de mantenerlo, a VP le tocaría la Cámara de Diputados; ADN tendría el Senado y Nueva Izquierda la presidencia del partido. Los Héctores y sus crisis.