Aunque es una práctica ancestral, en la última década los tatuajes han tomado un gran auge. Según estudios demográficos, la mayoría de las mujeres que se tatúan se encuentran en sus 20.
Hombres y mujeres entre los 20 y 39 años de edad son los que más se tatúan, al igual que personas de nivel de educación más bajo.
Antes, el tatuarse se asociaba con comportamientos riesgosos, como fumar, más parejas sexuales y uso de mariguana.
Un tatuaje tiene poder y energía, es un símbolo importante que va a comunicar algo sobre nosotros. Su popularidad ha surgido fuertemente entre los millennials sobre todo y en todos los grupos socioeconómicos, profesiones y preferencias sexuales.
Aún con esta información, los tatuajes todavía sufren de ciertos estereotipos negativos y, en ciertos ambientes sociales y laborales, son vistos como inapropiados y poco profesionales.
En México, según datos de Conapred, una de cada 10 personas tiene un tatuaje.
Existen motivos importantes por los cuales las personas se tatúan, puede ser para identificarse, para honrar a personas queridas, por moda, estilo, por pertenecer algún tipo de banda o estar afiliado a alguna pandilla, para cubrir alguna imperfección o cicatriz, para conmemorar alguna batalla personal importante o fecha.
Esta semana estuvo en México Jonathan Valena, mejor conocido como JonBoy, uno de los mejores artistas de tatuajes en el mundo.
Él es responsable de los tatuajes de celebridades como Kendall Jenner, Bella Hadid, Justin Bieber, entre muchos otros. Platicando con él, me decía cómo una sesión es una experiencia espiritual, ya que la conexión que hace con su cliente (sea quien sea) es vital, porque la gente se decora el cuerpo con su arte para toda la vida.
Cabe mencionar que, para una sesión con él, hay meses de espera y el costo de sus tatuajes empieza en los mil dólares.
Obviamente, cuidadoso y perfeccionista, hace a los clientes llenar y firmar un cuestionario exhaustivo antes de comenzar. Limpia, desinfecta y rasura el área a tratar, y simula el dibujo hasta que el cliente quede feliz, para después hacerlo permanente; pero advierte que lo más importante son los cuidados postprocedimiento. Responsable de miles de tatuajes, JonBoy es el ejemplo de que el tatuar es un arte.
Él comenzó a los 17 años de edad, hace ya 20 años, cuando tatuarse era más para personas duras, rebeldes, no como hoy, cuando su clientela está constituida mayormente por mujeres finas y delicadas.
Lo más importante es saber que el tatuaje es para siempre y que, aunque existen ya procedimientos para eliminarlos, es difícil hacerlo al 100 por ciento.
También que es peligroso, por lo que es importante elegir bien a la persona que te lo va a hacer, puesto que se penetra la piel, hay contacto con sangre y fluidos corporales. Se requiere una licencia, aparatos desinfectados y, más que nada, usar el sentido común. Si algo no se ve bien, lo más seguro es que no lo esté.