Camila Gómez: La verdadera teoría de la relatividad: Hechos vs. conveniencia

Para alcanzar la silla presidencial, Trump aprovechó la crisis migratoria y el "estancamiento" económico; manipulando los hechos logró ganarse a una audiencia nacionalista

El interés tiene pies, y en la política, rara vez caminan hacia la verdad. ¿Qué sucede cuando el hombre más poderoso del mundo está bajo la lupa, negándose a aclarar las acusaciones que se le hacen? Necesariamente interviene la ley. Pero antes de enfrentar la justicia, comienza con un sistema a su favor en el que todo se vale; en el que la certeza es cosa del pasado. Para alcanzar la silla presidencial, Donald Trump aprovechó la crisis migratoria y el "estancamiento" económico. Entonces, manipulando los hechos logró ganarse a una audiencia nacionalista mediante una campaña que se consideró exitosa, hasta hace un par de días. En un acto desleal y valiente, su ex abogado personal, Michael Cohen, acabó con las dudas y la reputación en torno al proceso que llevó a la elección del presidente. Cohen levantó la mano con algo que confesar: la violación de las leyes de financiamiento de campaña, con el visto bueno del entonces candidato, y apuntó la posibilidad de abordar los presuntos contactos entre la campaña Trump y agentes rusos. En consecuencia, aceptó la culpabilidad de fraude fiscal y bancario, dirigiendo todas las miradas al mandatario. Probablemente el declarante recibe amenazas constantes, y aunque no lo parezca, a la vez es víctima de la libertad de expresión: el sistema actual permite afirmar y desmentir cuantas veces se desee. No obstante, algunos abusan de la segunda opción sin ofrecer una justificación coherente. Nadie lo hace mejor que el actual abogado de Trump, Rudy Giuliani, quien aseguró en defensa del presidente que “la verdad no es la verdad”. En este sentido se ha permitido un régimen en el que los hechos se tambalean con un simple "fake news" o una acusación de "cacería de brujas". Pero con el tiempo, y debido a la poca transparencia con la que se ha manejado el líder republicano, la oposición ha ido cobrando fuerza. Y es que gracias a Cohen, por primera vez desde que Donald Trump llegó al poder, se ha hecho viable la opción de impeachement, o destitución del presidente. Lamentablemente tratándose de un concepto más político que legal, y bajo un congreso con mayoría republicana, podría no abrirse la vía de acción necesaria para hacer justicia. Por lo menos no de manera inmediata. Más aún, si se continúa aceptando el régimen de la relatividad, será cada vez más difícil acabar con la impunidad. Después de todo la verdad duele, y algunos harán lo que sea para ahorrarse el malestar. POR CAMILA GÓMEZ DÍAZ BARREIRO