El nuevo escenario de la política

La ciudadanía no puede abdicar de su responsabilidad, asumiendo un compromiso más allá de las urnas

A la luz de los resultados de la última elección, la política ya no será lo que era. Nuevas mayorías, gobiernos divididos, gobernadores con franca minoría en congresos locales, levantan un mapa desconocido. Parece impostergable una reflexión seria por parte de los actores -vencedores, derrotados y ciudadanos- respecto de sus responsabilidades, atribuciones y competencias en este contexto. Es la hora de una política exigente y solidaria, a la altura de las expectativas generadas por la ciudadanía. Me explico. Redistribución del poder. El primer efecto es el control del Poder Legislativo por parte del Ejecutivo. A partir del 1 de septiembre, la mayoría recaerá en los diputados de Morena, con los del PT y PES, sin descartar los que puedan sumarse del PRD atraídos por Andrés Manuel López Obrador. Nuevos usos del poder. Frente a las apariencias, los ciudadanos son los dueños del poder. La ciudadanía entrega y retira su confianza a candidatos y partidos. Los perdedores deberán plantear diferentes estrategias para reacomodarse, los ganadores tendrán que aprender a administrar el poder y la ciudadanía no puede abdicar de su responsabilidad, asumiendo un compromiso más allá de las urnas. ¿Nueva política para todos? Tengo mis dudas. Poder no es lo mismo que poder político. Las provocaciones y los desplantes de los vencedores no implican un recién descubierto hilo negro, una manera de hacer política desconocida hasta hoy. El poder político es servicio a los ciudadanos. La política no es enfrentamiento social aunque su naturaleza sea polémica. Los debates en los congresos, higiénicos y deseables, no deberían enrarecer la convivencia ciudadana; la misma que le otorgó el triunfo a Morena con un mandato claro: el resultado de una elección democrática no implica una revolución violenta. La verdadera revolución reside en observar y mejorar los mecanismos de nuestro sistema, empezando por la independencia de los tres poderes, garante de la igualdad y los derechos de los ciudadanos. En situación precaria se encuentran los derrotados: después de perder ámbitos de gobierno y de representación, urge que descifren su espacio, su postura y su discurso para que actúen como oposición efectiva. El nuevo escenario es un desafío para la política. Por lo que he leído de unos y otros, no estoy seguro de que entiendan bien a bien qué es la política. Más convencido estoy de la necesidad de adoptar otras prácticas: verdadera oposición, contrapesos y equilibrios, persuasión y discrepancia, exposición pública de ideas y de posturas en beneficio de México, por encima de la escrupulosa obediencia a principios ideológicos o a intereses de grupo. Diacrítico. La tarea es de todos: de quienes detentan el gobierno, de quienes ejercen la oposición y de los ciudadanos. Todos, como uno solo, debemos responsabilizarnos de los asuntos del Estado.