Haz tu denuncia aquí

Deportación por alcoholismo y violencia doméstica

Probablemente seguirá el mismo ritmo de denunciantes

OPINIÓN

·
En la era de las políticas hostiles del presidente Trump, muchos inmigrantes mexicanos indocumentados están atentando contra sí mismos para provocar su deportación con conductas que giran en torno a dos problemas que se llevan desde casa por el desierto o por avión cuando cruzan la frontera: la violencia doméstica y el alcoholismo. La historia tiene décadas en el ojo del huracán, pero se repite cada vez con mayor frecuencia: una discusión de pareja, generalmente con alcohol de por medio, termina con una tunda, la mujer con el rostro y cuerpo amoratado, el cuello dislocado, la pierna rota…; el hombre, deportado de Estados Unidos y la familia separada. En 2009 el Instituto para las Mujeres publicó un informe en el que documentó que una de cada dos mujeres casadas o en unión libre que viven en Estados Unidos habían sido víctimas de violencia. La cifra no se ha actualizado oficialmente, pero organizaciones de deportados en México revelan estadísticas similares en sus registros. Esto significa extraoficialmente que la violencia doméstica y/o el alcoholismo podría ser la causal de la repatriación de la mitad de los mexicanos al menos, desde hace una década. Diversos estudios sobre el tema coinciden en que la causa principal es el perfil de la mayoría de las migrantes víctimas: bajo nivel de escolaridad, sin documentos de estancia legal, sin atención médica ni dominio del inglés, además de su múltiples miedos: a que les quiten a los hijos, a ser mal vistas por su comunidad, a que se les acuse de traición. Con todo, cada vez más organizaciones feministas promigrantes e incluso el gobierno estadounidense han empujado a las mujeres a denunciar a sus agresores principalmente para proteger a sus hijos con órdenes de alejamiento y de custodias que establecen que los niños no pueden regresar con sus padres a su país de origen. La promesa de una visa U para víctimas de violencia doméstica las había animado: por un lado para quitarse de encima un problema y, por otro, para comenzar un proceso de legalización. Por esas llamadas de denuncia cayeron en muchos violentos en manos del ICE y algunos cuantos que se dicen inocentes. En un documento publicado el 11 de junio por el Departamento de Justicia, Sessions precisó que "en general" las víctimas de violencia doméstica "no serán elegibles para el asilo", pero muchas mujeres migrantes ya se han empoderado porque sus hijos han crecido o han encontrado un mejor trabajo, según ha documentado en estudios diversos del Pew Center. Así que probablemente seguirá el mismo ritmo de denunciantes de violencia doméstica y, por tanto, las deportaciones a pesar de las advertencias de abogados, diplomáticos y activistas, porque aún no se frena del todo a la cultura machista desde la infancia o con un sistema de justica que garantice la justicia. Por otro lado habría que analizar a profundidad si la deportación por violencia contra la mujer hace cambiar a los repatriados o si simplemente sí se sienten otra vez en casa.   *Periodista