Turismo de Reuniones, sin música

El turismo de reuniones aporta 25 mil millones de dólares de ingresos anuales

Un día, el célebre músico Gong Mingyi tocó música clásica ante una vaca; esta continuó pastando como si nada. “No es que ella no la oiga, es mi música la que no le interesa”, dijo el músico. Rescato esta antigua fábula china para hacer una analogía entre la poderosa Industria de Reuniones y el interés que les prestan los gobiernos mexicanos. Es la falta de información la que empuja a la indiferencia, y se repite en muchos países. Sucedió al principio de la administración Obama –esto me lo contó Eduardo Chaillo, un experto en el tema- el entonces presidente de los Estados Unidos, canceló varios eventos del gobierno por considerarlos frívolos. Los líderes de MICE (Reuniones, Incentivos, Conferencias y Exhibiciones, por sus siglas en inglés) lo buscaron, dieron cuenta de la potencial generación de empleo y derrama económica. El presidente Barack Obama, no sólo dio marcha atrás a sus intenciones, terminó apoyándolos. Para contagiar de entusiasmo al presidente electo, Andrés Manuel López Obrador, deben compartirle que: el Turismo de Reuniones en México, aporta 25 mil millones de dólares de ingresos anuales, genera casi un millón de empleos directos e indirectos, ¡pocos segmentos crecen, 15 por ciento anual! En este segmento turístico, por cada peso invertido, deja entre 3 y 6 veces más. Según David Hidalgo, director de IBTM Americas, nuestro país está bien clasificado en organización de eventos. De acuerdo a MICE Travel Report 44.8 por ciento de los turistas de reuniones, que selecciona un país latinoamericano, elige México. Una investigación entre planners de este continente, considera que el país está entre los primeros tres destinos y la ciudad de México aparece por encima de Nueva York y Los Ángeles (extraído del ranking ICA, que califica eventos de asociaciones que itineran, en por los menos tres países de la misma región). Un caso de éxito reciente es IBTM Americas. Un evento que se realiza por primera vez, pero con la experiencia de siete eventos regionales –ahora fusionan Norteamérica con Latinoamérica- y esperan que el 5 y 6 de septiembre acudan más de 4 mil asistentes del sector y dejen una derrama económica, de mil millones de dólares en piso, producto de las más de 14 mil citas de negocio, programadas. Estos datos son para enorgullecer a cualquiera, pero la Industria de Reuniones de nuestra patria, se siente insegura. Por un lado, no se le da valor a su actividad, y por el otro, algunas empresas del sector, generan hasta 70 por ciento de sus ingresos, por medio de los eventos gubernamentales. Basta con estigmatizar estos actos como derroche, para echar abajo una industria en ascenso. La paradoja del caso es que la industria de reuniones tiene los más altos estándares de organización. Pero hacia dentro, no observo una estrategia poderosa para contener las posibles decisiones del presidente electo o para convencerlo de “bailar al mismo son”.