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Estrategias para el desarrollo: La Alianza del Pacífico

Los tragos amargos en la renegociación del TLCAN nos obligan a buscar la diversificación

OPINIÓN

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Hay un debate a la hora de hablar de cuál tendría que ser la estrategia comercial de México. Tradicionalmente se había apostado a los esquemas multilaterales (OMC), subregionales y bilaterales, tal es el caso del TLCAN o los acuerdos bilaterales con otros países. México cuenta con 12 que abarcan a 46 naciones. Sin embargo, tras el cambio de la política comercial de EU y los contextos políticos en el mundo, dejan claro que estas estrategias ya no alcanzan y no garantizan los mercados para las exportaciones mexicanas. Todo se tiene que replantear. Los tragos amargos en estos largos meses de renegociación del TLCAN nos obligan a buscar la diversificación. Los resultados de la cumbre de la Alianza del Pacífico en Puerto Vallarta abonan a este planteamiento. La estrategia que México deberá seguir es la del iniciar dinámicas de comercio intrarregional como la propuesta con el Mercosur, empero a ello, antes de emprender lo que en su momento la CEPAL denominó el regionalismo abierto, es necesario recuperar lo que tenemos, más aún, cuando los responsables de la parte económica del nuevo gobierno, manifestaron su compromiso con el libre comercio. La carta de AMLO a Trump es una muestra de ello. He aquí la importancia de la Alianza del Pacífico que, a mi juicio, es un mecanismo híbrido funcional que ha respondido a las necesidades de sus miembros. Representa un modelo alternativo que agiliza los procesos de integración regional, que en comparación con otros mecanismos económicos, como el Mercosur o la UE, han representado muchos años y procesos de negociación complicados. He aquí la oportunidad de la nueva estrategia del gobierno que asumirá las riendas el 1 de diciembre: ir más allá de lo que se plantea en un acuerdo de libre comercio, para dar paso a la cooperación para el desarrollo y de esa forma cambiar la lógica de los acuerdos comerciales. La Alianza lo puede hacer, es decir, buscar invertir en una primera fase en mega proyectos regionales financiados por la banca de primer y segundo piso, con miras a integrar las cadenas nacionales de valor y por ende a las Pymes En ello ha radicado la crítica de la Alianza. No ha sido capaz de revertir el comercio intrafirmas de las grandes empresas globales, que, dicho sea de paso, han sido las más beneficiadas desde 2012 cuando inició la Alianza. Este cambio no sucederá por la naturaleza del mercado. Es necesario una política económica encaminada a: 1) cambiar contenidos de los tratados de libre comercio insertando un capítulo de cooperación para el desarrollo como ya se tiene con Japón; 2) apoyar con capacitación y financiamiento a las Pymes para lograr su internacionalización; 3) girar hacia procesos de integración económica que incluya la movilidad de las personas, con miras de generar una integración de los mercados laborales y sectoriales; 4) crear fondos para combatir el subdesarrollo y atraso mediante proyectos intra Alianza del Pacífico, o bien, por medio del cambio de la lógica de los acuerdos comerciales existentes, incluyendo el TLCAN. La incorporación de una cláusula de cooperación para el desarrollo sería un buen comienzo.   *Analista Internacionalista