Hank, AMLO y la ABM

El equipo económico de AMLO está urgido de mostrar a los inversionistas que tiene los mecanismos de financiación

Uno de los balones mejor “bajados” para lo que será la relación entre empresarios y Andrés Manuel López Obrador lo ha protagonizado estos días Carlos Hank González, el presidente de Banorte. Hank nunca se metió en polémicas con la elección. Por el contrario, ha hecho una jugada maestra y, tomando en cuenta que uno de los pilares de las propuestas de AMLO es la infraestructura, se declaró listo para ser un “gran aliado” del nuevo gobierno. Las declaraciones de Hank ocurren en un momento en el que el equipo económico de AMLO está urgido de mostrar a los inversionistas que tiene los mecanismos de financiación adecuados para detonar los proyectos de infraestructura del próximo sexenio (trenes, refinerías, carreteras). Banorte arrojó una utilidad anual de 24 mil millones de pesos en 2017, creciendo 24 por ciento. Eso, más la integración de Interacciones este año —con toda su experiencia en financiación y estructuración de proyectos de infraestructura—, le ponen en pole position para el arranque el 1 de diciembre. Uno de los efectos que puede tener esta circunstancia es que una inmensa mayoría de bancos tiene otra agenda en el escenario: la bancarización y la penetración del crédito, con la idea fija de que esto último represente 40 por ciento del PIB. De entrada, podría decirse que varios de los banqueros aglutinados en la Asociación de Bancos de México (ABM) quedarían fuera de cancha; sin embargo, esta prioridad en infraestructura no necesariamente es discordante con otras prioridades del AMLO, pues en los Pejenomics se estableció que desea detonar también créditos a Pymes y hacer programas que “detonen el consumo y las economías regionales”. Una acción que podrían realizar los banqueros es armar algún grupo de trabajo novedoso que acompañe al nuevo gobierno en todas sus necesidades de financiamiento. Para ello no solo la experiencia de Carlos Rojo de Interacciones podría ayudar. También la enorme cantidad de servidores públicos que saldrán de Hacienda y de la banca de desarrollo en los siguientes meses podría servir para organizar un consorcio bancario o alguna figura que permita diseñar, estructurar, financiar y supervisar los proyectos de infraestructura del próximo gobierno. Banorte no perdería su posición de privilegio, sino que incluso podría liderar a toda la banca en su nueva relación con el gobierno... y Marcos Ramírez es un perfil idóneo para estas tareas. Dos cosas son claras: la banca tiene que reinventar su relación con el Ejecutivo; y Banorte ya encontró su camino. NAHLE Y LOS 6 MMDD Sí se necesitarán recursos, y muchos. La sola referencia de la próxima secretaria de Energía, Rocío Nahle, de que la refinería de Tabasco costará Dlls. $ 6 mil millones debería incluir pronto menciones a las fuentes de financiamiento. Y ésa es sólo una de varias…