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No te polarices

OPINIÓN

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Estimado fan, si eres mexicano, ya sea por nacimiento o adopción, y te gusta o amas el futbol, seguramente disfrutas que el Tri pudo derrotar a Alemania en Rusia 2018. Algo para celebrar, no sólo ahora, sino al pasar de los años, porque es histórico. Pero es aconsejable que la expectativa sea mesurada en un deporte donde todo puede pasar, y donde los pensamientos y las emociones tienden a polarizarse. En la víspera del segundo juego de la fase de grupos, México tiene otra gran oportunidad que debe aprovechar, para mantener su nivel mostrado en el debut, que le permita aspirar a un posible liderato de grupo, y eliminar la posibilidad de enfrentar a Brasil en la siguiente ronda. Es decir, aún existe la posibilidad de perder. Importan los momentos y las formas en el Mundial de las sorpresas, donde ya hasta el subcampeón de Brasil 2014, la Argentina de Messi, tropezó con ese feo 3-0 que le aplicó Croacia. Lo que es conveniente reflexionar, estimado fan, es que a pesar del resultado no tomes una posición extremista, como se acostumbra en México. Tradicionalmente, basta que el Tri gane un gran partido para ser “dignos de una Final de Copa del Mundo”, pero si llega la derrota, entonces todo el sentimiento se avinagra y aparece la triste exclamación de “somos los peores”. Y llegan el descrédito y los insultos. No se trata de echarle la sal al equipo de todos, y sería absurdo esperar que le vaya mal, luego de la buena exhibición que tuvo ante la escuadra campeona vigente, pero ni tú ni este columnista debemos caer en el error de polarizarnos. En la vida no todo es negro ni todo es blanco; existen los colores, los tonos intermedios y sus matices. Es una posición común ser extremistas, quizá por la propensión a la melancolía —o goce del sufimiento— como ingrediente genético nacional. Antes del juego ante los surcoreanos, está la posibilidad de que México sea eliminado, en idéntica proporción de probabilidad de que avance a Octavos de Final y, después, por qué no, buscar el tan anhelado quinto partido. A partir de ahí, se enfocaría en buscar el siguiente y... hasta el último. Paso a paso, palmo a palmo. Todo en su turno. ¿Cuál es la prisa? Pero de plano es inconcebible que muchos informadores, autodegradados a la categoría de reporfans, contribuyan a la desorientación y deformación de la realidad. La mayoría no son periodistas —para serlo hay que estudiar— ni mucho menos responsables, y provocan con eructos viscerales falsas o exageradas expectativas. Fíjate, apreciado fan, a quién sigues en las redes, en la radio o la televisión, porque no todo lo que brilla es oro, ni todo el que tiene un micrófono o una pluma es una persona preparada para ello. Rusia 2018 no sólo es una contienda de jugadores y federativos de las delegaciones que participan. También es una competición de medios, informadores y público. Estimado fan, te invito a competir con juego limpio, respeto y cordura, para que también ganes en este Mundial.