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El debate, Luismi y el fut

OPINIÓN

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  Es año de elecciones en un México con discurso de cambio, aparentemente preocupados por la permanencia ideológica del partido patriarcal que apenas se fue, vemos los debates, la serie de Luis Miguel y esperamos el Mundial para atiborrar de “memes” las redes y jamás recopilar lo más importante, pero sí lo que nos pareció más gracioso. La línea entre política, deporte y entretenimiento no existe, todo lo es, todo apunta a divertirnos, no importa el contexto y así... literalmente nada importa. Tal vez sólo logramos acomodarlo para que importe lo mismo; el niño desaparecido, el restaurante que no nos gustó, la crueldad de Luisito Rey. La comunicación se apunta a internet, a su libertad, a su “democracia”, su falta de filtros que tan necesaria me parece, pero no por esto considero nos comuniquemos más ni mejor. Lo que sí hemos logrado es una sólida red de humor de temas sociales que pareciera ser en lo único que estamos de acuerdo y en que la serie de Luismi está bien fregona. Pocos son los casos de comunicadores que pueden emigrar de las redes a otros medios, y los de los medios tradicionales que logren brincar a redes de manera exitosa. Absolutamente todos nos sentimos identificados con el humor, la sátira debiera siempre dar paso a una crítica que no amarga, pero empatiza. Sin embargo, considero que sería importante tener justo a ese sector joven de la población despierto y consciente en temas sociales más allá de las quejas cibernéticas y la enciclopedia de memes que somos capaces de generar. Estamos todos de acuerdo en que se requiere un cambio que nos proteja a todos y representar a esa era nueva inclusiva y no violenta. Desafortunadamente no actuamos en consecuencia y por ende hasta desearlo resulta incongruente. El rechazo por los contenidos melodramáticos de la televisión ha crecido quejándose de lo inverosímil y repetitivo de los temas, sin embargo, podemos estar todos absortos en la vida de un astro de los 80 sin reparar en que comparte la estructura de siempre y nuestros aplaudidísimos “reencuentros” con el pasado. No tiene nada de malo identificarse y gustar dicho contenido, sólo desearía existieran opciones que apuntaran al interés por el futuro, por los espacios del futuro, las estrellas del futuro... no más en esa remembranza eterna, sino en lograr hacer ambas generaciones convivir, nutrirse y generar un presente más plural. Para que un mundo en el que conviven candidatos, futbolistas y vedettes en el mismo chiste, sepamos separarlos en el mundo real.