Este fin de semana estrena de una de las películas más anticipadas de año y que al finalizar 2018, estará en la lista de las mejores obras del año: Isle of Dogs.
La nueva cinta de Wes Anderson (que le valió el premio a Mejor director en el Festival de Berlín), es otro ejercicio monumental de stop motion, una técnica que ya había manejado en Fantastic Mr Fox, y hasta el momento, su largometraje más emotivo. En Isle, una ciudad japonesa manda a todos los perros a una isla abandonada, sin embargo un niño aterriza en ella en busca de su mejor amigo.
Para conocer más sobre la carrera de uno de los grandes autores del cine contemporánea, volví a ver (por cuarta o quinta vez) toda su filmografía y encontré los puntos que unen a todo su universo vintage, lleno de nicotina y de colores pastel.

Familias disfuncionales
Para Anderson, uno de los grandes guionistas del cine actual, la soledad es la inspiración para crear personajes memorables y obsesivos. Y no existe peor soledad que aquella ocasionada por la pérdida física o emocional de la familia. Los lazos familiares son el verdadero leitmotiv de todas sus películas. La muerte en Los Tenenbaum, Darjeeling, Rushmore y Hotel Budapest; la eminente paternidad en Steve Zissou y Fantastic Mr Fox, y la lejanía sentimental presentada en Moonrise Kingdom y Isle of Dogs, llevan a los protagonistas a emprender un viaje sentimental no sólo para reencontrarse, también para encontrar un síntoma de paz al perdonar a sus seres queridos.
El mejor soundtrack del cine
Junto con Quentin Tarantino, los dos maestros en el uso de la nostalgia musical para crear universos cinematográficos. Sus soundtracks tienen un eje común: canciones de la British Invasion, lideradas por The Kinks y Rollings Stones (las bandas que más han aparecido en sus filmografía), así como John Lennon, Cat Stevens, Chad & Jeremy, Nick Drake. Sin embargo, estos mixtapes fílmicos, evolucionaron a trabajos más conceptuales y arriesgados como en - Life Aquatic, -covers de bossa nova interpretados por Seu Jorge-, en The Darjeeling Limited mezcló temas autóctonos de la India, en El Gran Hotel Budapest (ganadora del Oscar a Mejor música original) piezas instrumentales rusas, y en Isle of Dogs, el score contiene elementos japoneses.
La estética
Me atrevo a decir que es el único director que desde el primer fotograma, sabes que estás viendo “una película de Wes Anderson”. Y esto no es casualidad o fanatismo, a lo largo de veinte años ha forjado un estilo estético irrepetible: el uso indiscriminado de una tipografía en particular, Futura Bold para sus créditos, así como en cualquier inscripción que aparezca en sus cintas (libros, letreros, etiquetas). En composición de sus tomas, utiliza frecuentemente una combinación de colores pastel con primarios, y lo que más resaltas son sus encuadres donde reina la simetría de los elementos de producción. Lo mismo ocurre con el diseño de vestuario: su estilo vintage es una declaración de individualidad y que logra construir el background personaje e incluso de toda una película Sin embargo existe un elemento peculiar en los outftits de sus personajes: la obsesión de Anderson por los uniformes: los ladrones de Bottle Rocket; Rushmore, el atuendo escolar; Moonrise Kingdom y sus uniformes de los scouts; los empleados del Hotel Budapest y en Isle of Dogs, Atari y su uniforme de piloto-astronauta.