Héctor Serrano Azamar: Para Trump, México es el "rival más débil"

El señor Donald ha demostrado muchas de sus deficiencias personales en la manera como gobierna; es por excelencia torpe, iracundo, ególatra, xenófobo y con una falta de empatía absoluta con el prójimo, pero lo que aún conserva y no podemos soslayarlo, es el olfato del cazador en busca de una presa. Como buen depredador, prefiere sorprender a sus víctimas en los momentos de mayor debilidad, cuando están distraídas o heridas. No le gustan los enfrentamientos con alguien que pueda darle batalla, rehúye a pelear en igualdad de circunstancias. Quiso pelear con los norcoreanos y con los chinos; rápidamente abandonó la empresa, sabía que pelear de manera directa y frontal con los países asiáticos lo dejaría herido. Se dio cuenta de las fortalezas de ambas naciones y decidió bajar el volumen de sus críticas. Irónicamente en ninguno de los dos estados existe la democracia, son regímenes totalitarios donde la unidad nacional no es un tema a discusión, no tienen de otra. No sugiero que esta forma de gobierno sea la solución para enfrentar al tirano, pues el mismo resultado ha obtenido el gobierno norteamericano enfrentándose con países democráticos. El caso más claro es con Alemania, el año pasado chocaron en temas económicos a través de distintas declaraciones; la canciller alemana Angela Merkel dio clases de diplomacia a un Trump que se mostró como un niño rabioso al no poder ganarle la pelea a un mejor rival. En su búsqueda por encontrar al “rival más débil”, Donald siempre termina recurriendo a su primera opción, México. La semana pasada, los mexicanos y los migrantes fueron sus temas predilectos, no es la primera vez y no será la última que el iracundo mandatario dirija todas las baterías en contra de su país vecino. Dependiendo los tiempos y las circunstancias, justifica sus acciones de diversas formas, un día considera al TLCAN como un peligro para la economía de su país y al otro a los migrantes mexicanos. Independientemente del argumento, lo que busca Trump siempre es lo mismo, la unidad de sus gobernados en torno a su figura; para lograrlo, los fascistas siempre recurren a la misma fórmula, encontrar al “enemigo común”, aprovecharse del “rival más débil”. El gobierno del bravucón enfrenta los peores niveles de aceptación; en noviembre habrá elecciones legislativas y el niño berrinchudo busca con urgencia a quién apalear para demostrar su fuerza. México es una gran nación, rica por su naturaleza, cultura, pero sobre todo por su gente, con una historia llena de sacrificios y de esfuerzo, aun así, ¿por qué para Trump somos el rival más débil? Porque a pesar de los discursos, las declaraciones y los mensajes en cadena nacional, no tenemos un proyecto de nación que nos unifique por encima de los gobiernos y de los colores. Trump, como buen cazador, sigue el olor a sangre que siempre dejan las elecciones.