Desde mi pubertad fui muy fan de Jack White y la música de The White Stripes. Contaban con un sonido sucio y garagero proveniente de Detroit, pero al mismo tiempo con afinadas melodías y un carácter distintivo que los destacaba de todas aquellas nuevas bandas a finales de los 90 y principios del nuevo milenio. Una dupla que se hacía pasar por hermana y hermano, pero que en verdad habían sido esposos durante un tiempo; el divorcio no impidió que la banda continuara con la carrera que los había unido en un principio. Era un ejemplo sólido de amor por la música la que tenían Jack y Meg White. Gracias a ese amor conocimos trabajos como Elephant hace 15 años.
Un 14 de mayo de 2005 (mi cumpleaños número 20), tuve la oportunidad de ver a esta banda en el Palacio de los Deportes, y fue una presentación llena de rock, blues, punk, folk y otros géneros mezclados con la distorsión de la guitarra y una voz aguda rasposa inconfundible. ¡Qué manera de tocar! Hasta Jimi Hendrix estaría impactado, como alguna vez lo estuvo Jimmy Page frente a Jack White en un documental llamado It Might Get Loud.
Desafortunadamente, The White Stripes llegó a su fin, pero nacieron proyectos como The Raconteurs, The Dead Weather y su gloriosa carrera como solista.
En 2009 tuve la fortuna de preguntarle cara a cara sobre su instrumento favorito. Inmediatamente respondió que era la batería. La base rítmica es lo más importante en cualquier banda de rock.
Boarding House Reach es el disco más reciente de Jack White, con un sonido muy adelantado a lo que estamos acostumbrados a escuchar. Un poco de spoken-word a la Gil Scott-Heron, un poco de R&B, y hasta una canción con hip-hop. Definitivamente un explorador de géneros. Un creador experimenta y muestra su producto final sin importarle las opiniones de los demás; no le tiene miedo al rechazo y menos al fracaso. Un creador tiene toda la intención de que su trabajo influya y genere una inquietud de innovación en la mente de todas las personas que están en contacto con él. Jack White es lo que necesita el rock para generar esa curiosidad en los jóvenes amantes de las guitarras, las baterías y la distorsión. Él mismo lo ha dicho: “el rock necesita una inyección de sangre nueva y joven. Algo está a punto de explotar de nuevo”.
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¿Quién entiende a los genios a la primera? Son cuestionados a todas horas, tachados de locos y desechan sus teorías al primer intento. Tengo la seguridad que en algunos años, quizá décadas, la gente recurra a Boarding House Reach como un ejemplo de disco que atrajo a nuevos oídos sedientos de distorsión, y será percibido como una obra maestra. Una obra que no muchos entendían en su tiempo, pero que sin duda marcó un camino; un disco que experimentó con distintos sonidos y géneros para llevarnos a una nueva era de creatividad y rock.
Cuando escuchen una y otra vez Boarding House Reach, tengan en mente que todo proyecto evoluciona; tengan en mente que Jack White es la evolución del rock.
POR KORNO
