Ingenua no es Claudia Sheinbaum, como para pensar que el manto de protección que quiere tender sobre Rigoberto Salgado, el delegado en Tláhuac investigado por sus ligas con el abatido líder de narcomenudistas de esa demarcación, Felipe de Jesús Pérez Luna, alías El Ojos.
La defensa que hizo ayer sobre este personaje, por el que Morena se empeña en evitar que pise la cárcel al ponerlo como candidato a diputado local, es un guion que ella tiene perfectamente estudiado para culpar otros de los delitos de sus cercanos.
Lo hizo en 2004 cuando su entonces esposo Carlos Imaz (delegado en Tlalpan en aquellos años) fue videograbado metiendo en bolsas del supermercado 350 mil pesos en cash que le dio el empresario Carlos Ahumada, por lo que un juez lo declaró culpable por uso de recursos de procedencia ilícita para fines electorales.
Ante ello, Sheinbaum se la pasaba repitiendo: “yo le creo a Carlos”, al tiempo que hacía balbuceos para desviar el tema hacia la responsabilidad de Rosario Robles, en ese entonces nexo de Ahumada con distintas figuras del PRD.
Nunca se atrevió Sheinbaum a pronunciar un “no, claro y contundente, ante las preguntas insistentes sobre si ella supo que su marido recibió el dinero. Ahora, con Salgado, quien incluso tenía en la nómina de la delegación a familiares y amigos de El Ojos, Sheinbaum aplica la misma estrategia.
No niega que su compañero de campaña tenga ligas con el grupo delincuencia de ese personaje ni que haya desviado recursos públicos para construirle al capo el restaurante “La Carreta del Pacífico” para sus operaciones. Pero sí lo defiende y trata de manchar, en este caso, al contralor capitalino Eduardo Rovelo, por dar a conocer los de la construcción para El Ojos.
“El contralor de la ciudad está actuando partidariamente, es más que evidente (…). Es evidente que está haciendo uso electoral”, alegó ayer.
No, ingenua no es la candidata de Morena a jefa de Gobierno. Pero habrá que recordarle que de Imaz decía: “es un hombre íntegro, me consta porque vivo con él desde hace 17 años”, y resultó culpable.
¿Dirá lo mismo de Salgado, a quien no tiene tantos años de conocer y tampoco vive con él?
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EN EL VISOR: A la segura para no ver ciento volando, va el ex gobernador de Guanajuato, Juan Carlos Romero Hicks. Al mismo tiempo que trabaja en la campaña del candidato presidencial de Por México al Frente, Ricardo Anaya, busca votos para sí mismo, pues quiere ser diputado federal por el IV distrito de su entidad, y se mantiene como senador de la República, cobrando su millón 973 mil pesos netos anuales.