Trump, su estilo frente a Canadá y México

Afirmar que Donald Trump exagera, distorsiona o de plano miente no es novedad. Ni siquiera está en discusión. De acuerdo con The Washington Post, Trump dijo más de dos mil mentiras o distorsiones de la verdad durante su primer año de gobierno. The Toronto Star reportó que hizo 103 "falsas afirmaciones" en enero, 131 en febrero y 152 en marzo. Una de sus víctimas fue Justin Trudeau, primer Ministro de Canadá, al que no sólo mintió durante una reunión de trabajo bilateral, sino que luego alardeó de haberlo hecho. Asegurar que sus mensajes matinales son reacciones a sus programas de televisión favoritos es una realidad. Como muestra, su más reciente tormenta de tuits respecto a migración, los soñadores, México y el TLCAN; que ocurrió luego de enterarse que una caravana de 1,500 centroamericanos atravesaba México para llegar a EU a pedir asilo. Que sea algo que ocurre anualmente y que muchos de ellos, o la mayoría, saben que se quedarán en México o regresarán a sus países de origen —especialmente Honduras— o no fue mencionado o no le interesó registrarlo. Señalar que Trump sigue un credo personal que lo lleva a sostener bravatas y mentiras sin importar la situación, y a proclamar triunfos personales no importa cómo, es hacer caso de su biografía. Considerar que la combinación es un problema, para su país y el mundo, para Canadá y México, está lejos de ser una especulación. Es una forma de ser y un estilo de trabajo que le funcionó como empresario de bienes raíces y está seguro le funciona como Presidente. Después de todo, está en una "burbuja" donde se retroalimenta de la información de la cadena FOX, de las encuestas de la empresa Rasmussen, o lo que se acomode a su forma de pensar. Lo demás, para él, son noticias falsas. Según el semanario The NewYorker, en el gobierno de George H.W. Bush (1988-92), Trump buscó encabezar la delegación estadounidense a las negociaciones de reducción de armas nucleares con la desaparecida Unión Soviética. Cuando conoció a Richard Burt, el diplomático que lo hizo, le dijo como lo haría. "Habría recibido muy afectuosamente a la delegación soviética. Habría asegurado que los enviados estuvieran muy, muy cómodos en la mesa... Y entonces Trump le dijo a Burt, se habría levantado, gritado 'jódanse' y abandonado la habitación". Los hechos actuales subrayan la historia de Burt. Es el mismo personaje que le dice al presidente Enrique Peña Nieto que la muralla en la frontera es lo menos importante de la agenda, pero es su prioridad política porque es una promesa de campaña. Por una simple cuestión de potencias relativas, Canadá y México tienen más intereses en la relación con EU que éste en la relación con ellos. Para los países, la necesidad de mantener vivo el TLCAN y la relación con un vecino que se ha tornado desconfiable y errático son una prioridad de seguridad nacional.