Mandón americano

Tan sólo cuenta 21 primaveras y ya es el sucesor del maestro colombiano César Rincón. Jamás habríamos supuesto que un diestro peruano conquistaría la cúspide del toreo en un tiempo tan corto. Es la auténtica e indiscutible figura americana mundial. Hace tiempo supusimos que José Adame habría de instalarse en el puesto que hace muchos años ocuparon Eloy Cavazos, Manolo Martínez, Curro Rivera y más recientemente Jorge Gutiérrez, Miguel Espinosa y David Silveti. Pero cuando hubo que cortarse de tajo la brecha generacional, no apareció una cabeza visible que comandara el movimiento, aunque cabe destacar el puente que tendió El Zotoluco para reducir las distancias entre México y España hacia finales de los 90 y los primeros años 2000, matando corridas durísimas ganándose, por ende, el respeto de la afición de aquí y allá, llegando a lidiar, incluso, una camada entera de Miura. Sin embargo, ningún espada mexicano ha podido sostenerse como mandón del toreo en ambos lados del océano, mientras que Roca Rey ya es el fuerte en los despachos europeos y americanos, teniendo apenas edad para votar. Hace unos días, el Domingo de Resurrección, en Sevilla (una de las fechas mas señaladas en el calendario taurino mundial), el matador limeño le cuajó una faena memorable a un bravo y noble ejemplar de Victoriano del Río. Se puso serio. Hizo el toreo de verdad, como Dios manda. Mostró madurez, reposo y empaque (el sello llegará con el tiempo). Bordó el toreo y puso a mil las palpitaciones de la exigente cuanto sensible afición sevillana.  

La Maestranza, a sus pies

Como a sus pies han estado Madrid, Valencia, Pamplona, Lima, Nimes y casi todas las plazas del mundo taurino. Y digo casi, porque le falta reventar la México. En su hoja de servicios solamente se echa de menos un triunfo de gran calado en el albero capitalino. En México no solamente no lo hemos visto, sino que ha decepcionado en sus tres o cuatro incursiones en el colosal embudo. Andrés ya demostró en las plazas más exigentes del planeta que su tauromaquia no se basa exclusivamente en un valor ramplón e inconsciente. El joven tiene enormes condiciones para el toreo, pues lo mismo puede pegarse un arrimón antológico (poseedor como es de un valor espartano y sobrenatural), que hacer el toreo despacio, templado, por abajo y muy de verdad. Si a Andrés lo respetan los toros puede convertirse en un torero de época. Con la cabeza un poco más amueblada que en su primer año de alternativa, el sudamericano ya sabe hacia donde apunta. Esperemos verlo en plenitud en la México. Y ojalá ello ocurra muy pronto.