Costa Rica cumplió con la segunda ronda electoral presidencial 2018- 2022. El sentir popular decidió a favor de la apertura liberal en un periodo vacacional en el que la incertidumbre llevó a las urnas a una de las más altas participaciones electorales de las que se tenga memoria.
Se confirmó la continuidad del Partido Acción Ciudadana (PAC), organización política que ocupa la Presidencia, con el apoyo de votantes que otrora irían por las opciones tradicionales, frente al Partido Restauración Nacional (PRN) con diferencia de votos de 60% a favor de Carlos Alvarado del PAC ante 39% para Fabrizio Alvarado, del PRN de acuerdo con los resultados provisionales proporcionados el 2 de abril por el Tribunal Supremo Electoral de Costa Rica.
La mayoría de las provincias costarricenses votó a favor del ganador nacional en San José, Alajuela, Cartago, Heredia y Guanacaste. Sólo en dos, Puntarenas y Limón, provincias colindantes con Panamá en la costa del Pacífico y del Caribe, se presentó el escenario contrario.
La relación de participación fue cerca de 66% frente a 33%, con más de 2 millones 100 mil votos. El proceso ha sido objeto de seguimiento particular por analistas y medios alrededor del globo. Refleja los cambios en el entorno regional, aunque en sentido diferente de las recientes elecciones guatemaltecas, hondureñas y salvadoreñas, en que los partidos conservadores llevaron la mejor ganancia.
En el foco se encontraba la posibilidad de que por segunda vez consecutiva los partidos tradicionales no fueran elegidos y la disyuntiva que representaría que un partido de vocación evangélica cristiana asumiera ese importante encargo nacional.
Entre las consecuencias de la segunda opción pudo estar que el Poder Ejecutivo modificara con decretos e iniciativas la trayectoria vanguardista de protección de derechos que caracteriza la posición internacional del país. La continuidad mantendría el balance regional con una multiculturalidad y pluralidad claramente representada en las políticas gubernamentales. Mientras algunas proyecciones indicaban esa posibilidad, las encuestas con métodos tradicionales reflejaban empates en los que incluso se notaba una preferencia ligera por el partido que en la práctica perdió.
El politólogo Diego Fernández Montero pronosticó antes del día de la votación que el PAC obtendría un porcentaje cerca de 54%, mientras 46% iría por la otra opción. Encuestas, como la del Centro de Investigación y Estudios Políticos (CIEP) de la Universidad de Costa Rica, marcaban un punto de diferencia entre los contendientes, en el supuesto de que tenían un poco más de 42% de las preferencias cada uno.
Los resultados de la elección presidencial tendrán un impacto directo en las posiciones regionales y hemisféricas en materia de derechos civiles y políticos.
Costa Rica ha confirmado la importancia de mantener abiertas las opciones que facilitan la participación plural y pacífica, sobre todo en situaciones de cambio regional. Queda claro, que las formas de medir las preferencias, sí cuentan ante los pronósticos electorales. *Catedrática universitaria.
Jueves 5 de Diciembre de 2024