Armando Alfonzo Jiménez: La UNAM y la cultura de la paz

Por múltiples motivos, la Universidad Nacional Autónoma de México es la institución de educación superior más representativa de nuestro país. Su rica y sólida tradición ha posibilitado importantes contribuciones por parte de sus alumnos, de los profesionales egresados de sus aulas, de sus trabajadores, profesores e investigadores para la construcción de la nación. Por supuesto que la UNAM es una caja de resonancia, de lo positivo y de lo negativo, de lo que sucede en el país. No se puede ni se debe minimizar lo negativo que acontece en sus instalaciones. Es lamentable que en el campus de Ciudad Universitaria se cometan crímenes y es grave que sucedan asesinatos y operaciones de narcomenudeo. Pero también hay que destacar los muchos aspectos positivos del trabajo de la Universidad. Hasta el momento, frente a los recientes acontecimientos, el Rector Enrique Graue ha dirigido mensajes claros a la comunidad universitaria para evitar el fomento al consumo de las drogas. Se esperarían medidas contundentes tendientes a mejorar la logística de vigilancia interna y a estrechar la coordinación entre la UNAM y las autoridades federales y locales. Este momento representa un área de oportunidad para que personas ajenas a la UNAM y con malos propósitos no ocupen espacios que no les corresponden. También resulta oportuno ampliar el intercambio de ideas en torno de lo que acontece en el país en el ámbito de la lucha contra la delincuencia y retomar los planteamientos de la UNAM en materia de seguridad. En 2011, la Universidad y el Instituto Iberoamericano de Derecho Constitucional presentaron el documento intitulado Elementos para la Construcción de una Política de Estado para la Seguridad y la Justicia en Democracia y apenas hace unos días, la UNAM, la CNDH, organizaciones de la sociedad civil, expertos nacionales e internacionales anunciaron que presentarán a los candidatos presidenciales y a otros cargos de elección popular una propuesta de Política de Seguridad de Estado centrada en derechos humanos. Resulta deseable, en el marco del proceso electoral, que la UNAM realice una amplia convocatoria para emprender acciones en torno de la cultura de la paz tendientes a rechazar la violencia y a subrayar la trascendencia de generar una cultura de respeto a la ley. La UNAM cuenta con los recursos humanos, instalaciones, conocimiento, investigaciones y autoridad moral justamente para desplegar una intensa estrategia a favor de la cultura de la paz. Puede representar el inicio de una verdadera transformación del país. Estoy seguro que los universitarios apoyaríamos una iniciativa, proveniente de nuestra alma mater, para generar y mantener una auténtica cultura de la paz.