Mientras la construcción de un muro fronterizo entre México y los Estados Unidos, así como el financiamiento del mismo, mantienen al Presidente de los Estados Unidos Donald Trump inmerso en un diálogo ríspido –o mejor dicho monólogo– sobre el tema en sus redes sociales, en la vida real, en los límites entre Nuevo Laredo, Tamaulipas y Texas, la relación bilateral se torna mucho más fuerte.
Y es que apenas hace unos días el gobernador tamaulipeco, Francisco García Cabeza de Vaca, se reunió con la Embajadora de Estados Unidos en México, Roberta Jacobson –quien por cierto se retira de la diplomacia estadounidense el 5 de mayo–, así como con el cónsul general del vecino país Phillip Linderman, para reiterar que ambas naciones tienen intereses y retos comunes, como son impulsar la economía y mejorar la seguridad, que deben enfrentarse con una visión integral.
Este encuentro, que se dio en el marco de la inauguración del nuevo edificio del Consulado General de los Estados Unidos de América en esa ciudad fronteriza, sin duda fue un buen pretexto para que los funcionarios de ambos países dieran muestra de la relación histórica de amistad, de negocios y de colaboración que existe entre las naciones.
Si bien la todavía la embajadora de EU en México ha manifestado en diversas ocasiones que la relación bilateral sobrepasa a los gobiernos en turno, en la región fronteriza ha quedado claro por ambas partes, tanto el compromiso como la voluntad para fortalecer el desarrollo económico de la zona; y es que se está consciente que el mantenimiento de la buena vecindad mantendrá la estabilidad, prosperidad y competitividad de dicha región. Habrá que ver si la salida de Jacobson, así como los resultados de las negociaciones del Tratado de Libre Comercio de América del Norte y las elecciones del primero de julio, no deteriora la buena relación en cada lado de este punto de la frontera.
Lazos fronterizos
