Anaya entrenó como futbolista

Ha pasado la primera semana posterior al debate presidencial y varios de los temas colocados en la agenda el domingo por la noche permanecen vigentes. La expectativa se centra ahora en conocer las primeras encuestas después del encuentro y ver si se modificaron las preferencias del electorado como consecuencia del desempeño de los candidatos. Un sondeo y varios ejercicios similares dieron como ganador del debate al candidato de la Coalición “Por México al Frente” Ricardo Anaya. Ahora, él y su equipo se centran en capitalizar esa victoria para convertir la percepción en más votos para su candidatura. Aunque días antes del ‘cara a cara’ decía que era un episodio más en los 90 días de campaña, Anaya le invirtió a su preparación tiempo suficiente para alzarse como ganador. Para eso contó con el apoyo de su equipo de estrategas: Jorge Castañeda, Alfredo Figueroa, Emilio Ávarez Icaza y Diego Fernández de Cevallos, este último con toda su experiencia como ponente en el debate de 1994. Con ellos, se definían puntos a tratar. Diego y Emilio insistieron en que se le plantearan tanto a López Obrador como a Meade cuestionamientos concretos, directos. De esas reuniones por la tarde en una casa de Polanco salió uno de los momentos más memorables del debate, cuando Anaya enfiló hacia el candidato del PRI y dijo “yo le quiero dejar de tarea unas 7 de 7 a Meade: Primero, Odebrecht; dos, el socavón; tres, la estafa maestra; cuatro, César Duarte; cinco, Javier Duarte; seis, Roberto Borge” para luego rematar con la fotografía donde el candidato del PRI aparece con el exgobernador de Chihuahua, y un pastel. “Esta es la 7 de 7 y la pregunta es: ¿de qué tamaño fue la rebanada del pastel que te tocó?”. Personas cercanas a Anaya comparan su preparación con el entrenamiento de futbolistas de alto nivel. Aseguran que el candidato se divierte cuando “entrena”, toma nota de todo lo que dice su grupo cercano y siempre lo hace de buen humor.  También destacan la disciplina con la que encabezaba las reuniones, empezando siempre puntual y dedicándole el tiempo necesario. Una hora o más, por las noches, al terminar los actos de campaña durante las dos semanas previas al encuentro. Los cercanos cuentan de un rigor casi obsesivo para revisar los datos en los que se iba a apoyar. De ahí su desencuentro con la plataforma Verificado. También que él mismo ideó muchos de los cartones en los que se mostraron en la transmisión por televisión, dibujándolos primero en una hoja de papel, para después pasarlos a un diseñador. Hubo un especial cuidado en la medición de los tiempos, siendo el participante que mejor los aprovechó. En términos futbolísticos, fue un buen partido para Anaya. Pero esta campaña no ha llegado al medio tiempo. Se han puesto en marcha estrategias para intentar empatar al puntero. No sé si la disciplina de alto nivel será suficiente, pero de algo sirvió el pasado domingo. Cuando menos para cambiar la conversación.