Gobernadores en desgracia

Guanajuato y Jalisco son estados que el 1 de julio renovarán gubernaturas, pero a diferencia de las otras siete entidades que también tendrán elecciones, estos dos están sumidos en una de las peores crisis de violencia, por lo que sus gobernadores están a punto de perder las plazas. De acuerdo con el reporte más reciente del Semáforo Delictivo, Guanajuato, por ejemplo, pasó a ocupar el primer lugar en el número de homicidios dolosos entre enero y marzo de este año, un incremento de 130% con respecto a los 322 homicidios del mismo periodo en 2017. El tema se le salió de control por completo al gobernador panista Miguel Márquez Márquez. Y hasta los responsables de la seguridad forman parte de las víctimas y la estadística: 16 policías han sido asesinados durante primer trimestre de 2018. Por si fuera poco, la cuna de la Independencia se convirtió en la entidad líder en robo de combustible, con mil 852 tomas clandestinas. Para la clase política de la entidad, todo eso tiene una explicación: los huachicoleros y grupos del crimen organizado quitaron el control del estado al mandatario, quien, dicen, está más ocupado en la grilla que atendiendo prioridades ciudadanas. Para la oposición no hay ninguna duda. El actual candidato del PAN al gobierno de la entidad, Diego Sinhué Rodríguez, fue designado directamente por Márquez, hecho que provocó críticas de diversos liderazgos panistas en la región, entre los que se encuentran el senador Fernando Torres Graciano y el ex alcalde de León, Ricardo Sheffield, este último hoy candidato de Morena a la gubernatura. Además, el ahora candidato Diego Sinhué y su familia han sido parte de la nómina del gobierno estatal desde hace más de 15 años. Por ejemplo, su padre Javier Rodríguez Moctezuma está registrado como director del Instituto de Tenencia de la Tierra, con un ingreso neto de 133 mil pesos mensuales. Su tío, Enrique Rodríguez Moctezuma, aparece como director de Mejora Regulatoria en la Secretaría de Desarrollo Económico Sustentable, con un sueldo de 66 mil pesos mensuales. JALISCO BAJO FUEGO Donde la cosa también va de mal en peor es en Jalisco, tanto que hasta su propio gobernador, Aristóteles Sandoval, reconoció ya su incapacidad para hacer frente a la crisis de violencia más profunda de los últimos tiempos. “Vienen días complicados. No les miento: la ola de violencia no va a terminar”, comentó el mandatario priista dos días después de las protestas generalizadas por los estudiantes de cine que fueron asesinados y sus cuerpos disueltos en ácido. Para nadie es un secreto que Sandoval no pudo hacer frente a la ola de violencia derivada de la actuación del crimen organizado. Por un lado, porque parte de esa tarea correspondía a las autoridades federales, pero también porque como gobernador nunca ha sido un factor de cohesión, ni dentro ni fuera de su estado. Políticamente perdió la plaza y permitió que jóvenes políticos, con el emblema de un partido que no pintaba en el pasado, como Movimiento Ciudadano, le arrebatarán la hegemonía que en su momento tuvo el PRI. En Jalisco hoy los únicos chicharrones que truenan son los de Enrique Alfaro, quien se perfila para convertirse en el primer gobernador de MC y eso, al menos en las encuestas, ya es una realidad, por lo que el PRI y Aristóteles deberán irse despidiendo de una de las plazas más importantes del país. Suerte muy parecida es la que le podría correr Miguel Márquez, quien parece que trabaja más como coordinador de campaña que como gobernador, mientras que el hampa tomó como rehén a Guanajuato y a sus habitantes. *** Y como dice el filósofo… NomeacuerdoLa mayor desgracia es merecer la desgracia.”