Los cartuchos quemados de Meade

Antes de sumarse a la campaña de José Antonio Meade, Silvano Aureoles, gobernador de Michoacán, estaba en una amplia disputa legal interna en el PRD que iba perdiendo por la propiedad de la corriente Foro Nuevo Sol. Todavía el jueves la maestra Hortensia Aragón, líder de la otra ala que defiende los derechos del grupo político, fue buscada por Aureoles, pero no se pudieron ver. Fue hasta el sábado en la noche y mediante la cuenta oficial de twitter del gobernador que se enteraron del respaldo que ofreció a Meade. Pero el acercamiento que Aureoles sostiene con el grupo en el poder de Enrique Peña Nieto no es nuevo. Pudo ser presidente de la Cámara de Diputados en la pasada legislatura, gracias al respaldo que obtuvo desde Los Pinos. Su fuerte amistad con el entonces líder del PRI en San Lázaro, Manlio Fabio Beltrones, lo volvió un opositor cómodo que ya como número uno del poder legislativo se dedicó al cuidado de los temas y reformas de la presidencia de la República. Por eso también se convirtió en candidato ganador del PRD en Michoacán. En un momento pensó Aureoles que podría convertirse en candidato del PRD a la Presidencia de la República. Apostaba a que con el respaldo otra vez del grupo peñista iba a dejar en el camino a Miguel Ángel Mancera y Graco Ramírez, cuyos nombres entonces sonaban con posibilidades. Agustín Basave Benítez, presidente nacional del PRD, salió al paso de las intenciones de Aureoles y sin empacho hizo una reveladora acusación: “Silvano Aureoles es la carta del PRI en el PRD para 2018. Todo mundo sabe su estrechísima relación con Manlio Fabio Beltrones, presidente del PRI, Peña Nieto y miembros del gabinete, más allá de una cuestión institucional”. Silvano Aureoles y Armando Ríos Piter, el primer aspirante que renuncia a la figura independiente para sumarse a un partido político y diferente al que militó, siempre estuvieron cerca del grupo en el poder. Ríos Piter, amigo de Luis Videgaray, también fue un fracaso en la apuesta del alter ego del Presidente por construir una figura fuerte que favoreciera al régimen para fragmentar el voto en este julio de 2018. Al fallarle la operación no quedó más que pedirles a ambos depositar su resto a favor del candidato presidencial priista, quien al cierre de este columna llegaba al primer debate en una posición muy incómoda, al sótano, de la tabla de entre los primeros tres lugares. ¿Cuánto podrán aportarle realmente a Meade ambos cartuchos quemados?