El conjuro parece ser al estilo mosquetero, aunque este parece ser uno contra todos y todos contra uno, en lo que será el primer debate de los tres pactados antes del primero de julio.
Los escenarios de lo que se espera para hoy, son diversos, aunque todos convergen en uno sólo, la ofensiva contra el puntero.
Es cierto que ya el debate entre los candidatos al gobierno de la CDMX marcó tendencia de la ruta a seguir, pero las variantes existen, en razón de la adición de los dos candidatos independientes.
La mecánica puede ser en el primero de los debates presidenciales, donde AMLO sufrirá el asedio de sus adversarios, pero también podría revivirse el golpeteo entre el segundo y tercer lugar que disputan Ricardo Anaya y José Antonio Meade o saltarse al encono de Margarita Zavala sobre Anaya o El Bronco actuar como bravucón de barrio.
Lo interesante de esto será ver el comportamiento de López Obrador y las respuestas a varias incógnitas, la forma en que actúan Anaya, Meade, Zavala y Rodríguez Calderón, lo que ofertan a los electores y quien plantea realidades y no quimeras.
Los picones entre unos y otros advierten un debate que puede fructificar en un esfuerzo por plantear proyectos y propuestas o derivar en descalificaciones, ataques estériles, burlas y sarcasmos.
Se espera un comportamiento digno de aquellos que pretende gobernar a un país de más de 120 millones de habitantes con propuestas concretas y viables.
El debate de hoy puede ser tan tedioso como los dos de 2006 o picante como el del 2000, veremos quienes aprovechan la exposición pública y quienes no lo hacen y continúan perdidos en la inercia de unas campañas sin rumbo.
Ramón Zurita Sahagún: El primer debate
