Armando Ahued: Comida tradicional mexicana, modelo cultural que refleja la historia

Muchos portales de internet, revistas especializadas y hasta libros culinarios enlistan  platillos que al ser mexicanos o pasar por nuestro país, deben ser probados. La riqueza y diversidad de la comida tradicional mexicana, que tiene siglos de historia y que con el paso del tiempo se ha modificado, conserva elementos esenciales. Si bien es cierto que contamos con una gran variedad de platillos típicos por cada región, también lo es que hay dos ingredientes considerados indispensables: el maíz y el chile, ambos con una importante fuente de vitaminas, valor nutricional y sabor. La valía de la cocina tradicional mexicana consiste en ser un testimonio histórico que refleja momentos importantes de las vivencias, riquezas y carencias de la sociedad. Desde el México Prehispánico, la conquista de los españoles, la guerra de Independencia y cada uno de los momentos por los que ha atravesado el país, se reflejan en los platillos típicos. La valía de la cocina tradicional mexicana es reconocida por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO, por sus siglas en inglés), como un modelo cultural completo que incluye actividades agrarias, prácticas rituales, conocimientos antiguos, técnicas culinarias, costumbres y comportamientos comunitarios ancestrales en los que participa la colectividad. Estas características adquirieron mayor relevancia, cuando en el 2010, se inscribió la comida mexicana en la Lista Representativa del Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad. Salado, dulce, antojos, platos fuertes, tentempiés, postres, toda la cocina mexicana es vasta no sólo en sabores y presentaciones, sino en la gran cantidad de ingredientes que tenemos disponibles en el territorio y las combinaciones que es posible hacer con ellos, como es el caso del mole. El ingenio del mexicano es reconocido a nivel mundial y una de las áreas en que esta característica es más notoria, es justamente en la creación de platillos y combinación de ingredientes. Recuerdo que hace algunos años se hacía una feria de comida lacustre que, incluso, planteaba como solución el consumo de insectos por su alto contenido nutricional, en comunidades rurales y de escasos recursos. Hasta allá llega la imaginación para aprovechar todos los recursos que la naturaleza nos da. Es verdad que muchos de los bichos que comemos, sobre todo en restaurantes, son un lujo y no una alternativa barata, pero esto es evidencia de que la variedad está presente en nuestros platillos. Quizá lo que nos toca actualmente como sociedad responsable de nuestros hábitos alimenticios es modificar el uso de ingredientes que pueden deteriorar el funcionamiento de nuestro cuerpo, como el uso de grasas, para poder continuar disfrutando de la riqueza culinaria que nos ofrece México en todos sus rincones. Espero tus comentarios a través de mis redes sociales. En Facebook, Dr. Armando Ahued Ortega y en Twitter @A_Ahued