La conversación política de la semana fue dominada una vez más por Andrés Manuel López Obrador. Faltan menos de 12 semanas para la elección y, manteniendo el monopolio de los temas de la agenda política, no se ve forma en la que los contrincantes puedan remontar la ventaja que presenta en las encuestas.
El uso de una avioneta el pasado lunes para trasladarse de Nogales a Guaymas en su gira por el noroeste, parecía el argumento perfecto para atacarlo por su falta de congruencia. Pero, cuando menos en la arena de las redes sociales, salieron más defensores que detractores. Su confrontación directa con el hombre más rico de México ante el apoyo que Carlos Slim dio a la construcción del nuevo aeropuerto, tampoco indica que le restarán simpatías. “Entre más nos golpean, más crecemos” dice Andrés Manuel y las encuestas le dan la razón.
Pareciera que los adversarios de López Obrador nada aprendieron de las recientes campañas, particularmente la de Estados Unidos, donde atacar a Donald Trump tenía un efecto muy contrario al que se buscaba. Los resultados están a la vista.
En un gran artículo de esta semana en The New York Times, el columnista David Brooks retrata cómo los anti-trumpistas han fallado en su estrategia para desmotivar a los seguidores del presidente, quien mantiene su popularidad en el mismo nivel en el que llegó a la Casa Blanca.
Dice Brooks que “la razón principal por la que Trump ganó la presidencia es porque decenas de millones de estadounidenses sienten con razón que sus economías locales están siendo atacadas, sus comunidades se están disolviendo y sus libertades religiosas están bajo amenaza. Trump entendió los problemas de grandes partes del país mejor que nadie”. Toda proporción guardada, importemos este escenario a México y hagamos comparaciones.
Añade, "hasta que a alguien se le ocurra una mejor estrategia de defensa, Trump y el trumpismo dominarán. Los votantes están dispuestos a tolerarle muchas tonterías a un presidente que creen está de su lado” y remata recomendando a los contrarios al republicano que, en lugar de enfocarse en criticar los errores y la personalidad del mandatario, mejor se concentren en resolver los problemas que llevaron al Trump al poder. En pocas palabras, si quieren vencer a Trump, dejen de hablar de él.
En México, cada ataque a AMLO se le resbala, parece recubierto de teflón. Por más que sus contrincantes se esfuerzan, nada más no logran restarle un punto en las encuestas. Mañana será el primer debate a la presidencia organizado por el INE. Sabemos que cada candidato afina su estrategia y seguro habrá muchos ataques al puntero. No está de más que lean a David Brooks si no quieren ser avasallados el 1 de julio.
CONTRASEÑA: Pantallas LED, iluminación especial, 17 cámaras -algunas montadas en los atriles- y hasta un dron. Los productores de televisión responsables del primer debate presidencial han preparado un programa fastuoso. Ahora es el turno de los candidatos. Mucho éxito a los moderadores en este ejercicio inédito.