Los feminicidios son uno de los conflictos sociales más preocupantes.
La manera en la que se forma un hombre en el respeto o en el maltrato a la mujer está relacionada con la parte vital de la educación en casa, pero enfrentar este problema depende de la participación de toda la sociedad. Si falla una parte de ella, se abre la posibilidad de que ocurran más asesinatos.
Hace unos días en la colonia Condesa sucedió un intento de feminicidio que ayuda a ver las partes sueltas del rompecabezas.
Karen Fabiola García Padilla tiene 20 años y su novio Mauricio Salazar Piña es 3 años mayor. Llevaban 9 meses de relación, pero las agresiones llegaron al inicio.
Una vez, Karen llamó a su mamá porque Mauricio, quien trabaja organizando espectáculos, la había dejado sola en un concierto en Toluca. La corrió y mandó a una persona de seguridad para sacarla. La mamá envió un taxi para que volviera.
“Le pedí que lo dejara, le dije que ese hombre era agresivo, pero no escuchó”, relata su madre, Mirna Curso. Mauricio le pidió que lo perdonara y Karen volvió con él. En otro concierto, embriagado, volvió a agredirla. Terminó con él en diciembre de 2017.
Mauricio la bombardeó con flores y peluches y volvió a pedirle perdón. Karen conoció a un muchacho y empezó a salir con él. Mauricio la vio y le insistió en que regresaran. Terminó cediendo, pese a que su mamá la conminó a denunciarlo. La convenció el 27 de febrero, en el cumpleaños de Mirna. “No podía creer que no abriera los ojos”.
Karen le pidió que la dejara festejar el cumpleaños de Mauricio. El viernes 23 de marzo se fueron a un antro, y borracho, la mordió en el labio. Cuando llegó a casa su mamá le preguntó qué le había pasado. “Nada mamá, son unos juegos”. Prometió que el domingo sería la última vez que lo vería.
Al anochecer, salieron a un bar y cuando Mauricio comenzó a agredirla, ella decidió irse. El novio la alcanzó en las calles de Valladolid y Durango.
“Eres una puta y no te vaS a ir”, le dijo. La golpeó con el puño cerrado con las dos manos en la cara, y le mordió la mejilla dejando una herida amplia, como si se lo hubieran rebanado con un machete.
Un testigo llamó al 911 y la policía tardó 40 minutos en llegar. Dentro de la patrulla, Mauricio le gritó que se lo merecía por puta. La familia de Karen sospecha que los policías recibieron dinero de la madre de Mauricio, porque en el Ministerio Público los oficiales dijeron que los dos habían peleado, cuando él estaba intacto y ella con el rostro tumefacto y ensangrentado.
Mauricio está preso en el Reclusorio Oriente. Le negaron la fianza y enfrentará cargos por intento de feminicidio. Podría pasar varios años en la cárcel. POR WILBERT TORRE