Los problemas de AMLO con los aviones

No tengo una idea clara de cómo fue la infancia de Andrés Manuel López Obrador. Solo sé que proviene de una familia humilde de entre Veracruz y Tabasco y que desde niño jugaba béisbol. Ignoro si alguna vez pidió al Niño Dios, Santa o a los Reyes Magos un avión y no se lo trajeron. Lo que sí sé es que, nuevamente, el eterno candidato a la Presidencia de la República se metió en problemas por los aviones. Lleva años presumiendo de su austeridad. Una austeridad difusa, opaca, intermitente. Muchas veces ha dicho que él no viaja en aviones privados y ayer quedó demostrado que mintió. Por cierto, también ha dicho que no es mentiroso. Un fotógrafo lo capturó llegando en un avión privado a Guaymas, Sonora, acompañado de Marcelo Ebrard, su coordinador en el norte del país, y Ce?sar Yañez, su vocero. La foto corrió como pólvora en medios de comunicación y redes sociales. No soy de los que identifican cada modelo de avión fabricado en el planeta, aunque sí puedo distinguir que no fue un jet de lujo. Lo importante no es qué tipo de avión usó el candidato presidencial de Morena, lo importante aquí son dos cosas:   1.- Que sí usa aviones privados, cosa que prometió que no haría. 2.- Que mintió, que engañó. O sea, que dice una cosa y hace otra.   En su cuarto de guerra sus asesores deben estar preocupados y ocupados, porque esa simple foto le puede pegar, y fuerte, en la credibilidad de Lo?pez Obrador, quien ha presumido hasta el cansancio su “austeridad republicana” y su “honestidad valiente”. De inmediato, su equipo entendió la emergencia y tomó cartas en el asunto. La primera reacción fue decir que no era un avión privado, sino un taxi aéreo. ¡Son lo mismo! Los taxis aéreos son aviones privados que se rentan. Punto. Los utilizan personas que necesitan transportarse rápido y fácil, sin importar el precio. Lo más probable es que no haya vuelos comerciales en esa ruta o porque sus horarios no se ajustan a las necesidades del cliente. Lo importante era estar a tiempo en el mitin de Guaymas, porque ni modo que Andrés Manuel dijera “pues no llegué”, como respondió cuando justificaba ante empresarios de la Cámara Americana de Comercio por qué no usaría aviones privados en caso de convertirse en Presidente. “Yo viajó en aviones comerciales”, aseguró. Ya vimos que no siempre. En noviembre del año pasado, el mismo López Obrador presumió en un video otro vuelo privado para completar su gira proselitista. En esa ocasión fue en una avioneta, que aunque cuesta menos, también es un avión pri-va-do. Hace unos días supimos que AMLO era el único candidato presidencial que no había informado al INE sus gastos de campaña. ¿Cuando lo reporte incluirá cuánto le costó le vuelo en el taxi aéreo? Ya veremos. Es bien conocido que quien miente una vez, miente muchas veces. No existe ser humano que no mienta. No importa si son ‘mentiritas’ o ‘mentirotas’. No importa si son mentiras piadosas o blancas. Son mentiras, no hay más. ¿Cuántas otras mentiras de AMLO descubriremos antes del 1 de julio?