La hoy llamada Liga MX podría vivir un momento crucial en su existencia, si finalmente la Asociación Mexicana de Futbolistas Profesionales (AMFPro) deja de lado los amagos y pasa a los hechos para terminar con el famoso Pacto de Caballeros que se aplica en el futbol nacional.
De todos es sabido que este acuerdo no escrito de los dueños de los clubes que integran el #BenditoFutbolMexicano, es la llave para violar el reglamento de FIFA, pues además de que ningún equipo puede madrugarse a otro con el fichaje de algún elemento que originalmente le pertenecía, también le permite al propietario de los derechos federativos presionar a un elemento que esté por finalizar un contrato para que firme bajo las condiciones que al club le favorezcan, so pena de ser congelado en el balompié nacional e incluso más allá.
Esta componenda, que también suele aplicarse a los elementos repatriados, sobre todo del futbol europeo, repercute en el derecho del futbolista para elegir el club que más le convenga, dado que su equipo de origen puede vetar su traspaso.
Es por ello que la nueva organización que pretende velar por los derechos de los jugadores presuntamente ha amagado con detener el torneo en la última jornada, si los propietarios de los clubes no cesan con esta medida lesiva a sus intereses; sin embargo, en voz de su presidente, Álvaro Ortiz, “ésa sería la última instancia”, por lo que confían en evitar una medida en la que, según admite, “perderíamos todos”, ya que un parón de la liga afectaría no sólo al torneo local, sino también la preparación de la Selección Mexicana, que debutará en exactamente dos meses ante Alemania, así como a otros combinados que cuentan con elementos que militan en conjuntos del futbol nacional.
Con un valor total de mil 530 millones de dólares, según el sitio especializado Transfermarkt, la Liga MX tiene 498 jugadores registrados, de los cuales 205 son extranjeros (41% del total), lo que de entrada brinda un panorama de lo que acarrearía la detención; esto, sin contar la venta de entradas, de esquilmos y de publicidad, tanto en el estadio como en la televisión, que se verían afectadas por este hecho, por lo que las declaraciones de Ortiz dejan clara la trascendencia de una medida que pondría también el riesgo el jugoso negocio que representa la participación mundialista, la cual, al menos en Brasil 2014, representó al menos 500 millones de dólares para la Femexfut, según trabajos de investigación en los cuales pudimos participar en su momento.
“Nosotros no pretendemos frenar la liga, no pretendemos que los jugadores no vayan a la siguiente convocatoria de la Selección. Creemos en el diálogo y que se puede llegar a arreglos que ayuden al futbol porque no estamos en contra de eso, al contrario, estamos a favor de que eso mejore”, apuntó Ortiz en entrevista con Reforma, pero lo cierto es que la materia prima del futbol mexicano puede dar el golpe de autoridad que le permita recobrar parte de los derechos que en otras ligas del mundo son una realidad.
¿Lo permitirán todos los intereses que están en juego?