Dicha teoría explica la trascendencia de los pequeños e inocuos acontecimientos. 1954, Louisville, Kentucky, E.U.A: Un pequeño de 12 años entra contrariado y furioso en el Gimnasio Columbia en busca de Joe Martin, el policía local.
Con los ojos llorosos de impotencia explica que le han robado su bicicleta y que está dispuesto a medirse a golpes con el agresor. Martin, suspendiendo su entrenamiento de box, le recomienda calmarse y tomar clases antes de cualquier pelea.
Ahí inició la leyenda. Cassius Marcellus Clay Jr., nació en 1942 en el seno de una familia humilde, marcada por el alcoholismo de su padre y la religiosidad de su madre. De niño prefería leer La Biblia a vagabundear, era más bien tímido y cordial, pero ese robo impactó su vida y le permitió cambiar el mundo.
Destacado amateur, compitió en los Juegos Olímpicos de Roma 1960 y ganó el oro. Se veía ya el secreto de su éxito deportivo, al moverse con mucha velocidad y agilidad para su tamaño y peso, con gran coordinación en pies, cabeza y brazos, con un estilo más cercano a pesos ligeros que al completo al que pertenecía.
Pero el secreto real de su enorme influencia, no sólo deportiva, sino cultural, se encuentra en su mente. Junio, 1961: Recién debutado como profesional y esperando una entrevista, presencia las declaraciones y actitud del luchador profesional Gorgeus George, que, con una temeraria altanería y desbordada confianza, emitía pronósticos sobre sus futuros triunfos y describía las carencias de sus rivales.
Adoptaría la estrategia de hacer comentarios virulentos. De forma sutil manejaba al público, despertando enojo o simpatía según conviniera. Al principio fue tachado de bocón y fanfarrón, pero poco a poco su contundencia respaldó sus palabras.
En 1964 se enfrentó a Sonny Liston por el título de la Asociación Mundial de Boxeo y del Consejo Mundial de Boxeo, y tras coronarse campeón, con 22 años, revoluciona el planeta y cambia su nombre un par de semanas después a Muhammad Ali. Así inició su lucha por los derechos civiles, la reivindicación de su identidad racial, en una época donde ser negro era prácticamente ser nadie, y religiosa (por sus creencias musulmanas, ya entonces controvertidas), y negándose a sentirse esclavo.
En 1965 fue suspendido y despojado de sus títulos por negarse a participar en la Guerra de Vietnam, por lo que su lucha se amplió a la política.
Tres años estaría sin pelear, pero con su regreso probó que nada lo pararía. Como profesional obtuvo 56 triunfos, 37 de ellos por nocaut.
Sus peleas con Frazier, Norton, y Foreman fueron inolvidables, pero sus batallas personales lo convirtieron en un ícono con voz e influencia para las minorías.
Tras su retiro del box, sufrir Mal de Parkinson y morir en 2016, se convirtió en una leyenda. Siempre será aquel que flotaba como mariposa y picaba como avispa, como se refería a si mismo.
El secreto real de su enorme influencia se encuentra en su mente y su concepción del mundo.
@GMOSHY67