Si algo les importa, hasta trabajan. Si algo toca sus intereses, legislan sobre las rodillas y se inventan trucos para salirse con la suya. Si algo puede afectar su área de influencia, acuerdan en lo oscurito.
Los diputados de la ALDF han hecho eso y más. Querían manejar el dinero para la Reconstrucción en la CDMX tras el sismo, y tres diputados –dos del PRD y uno del PAN- se hicieron una ley a modo para repartirlo; les interesaba poner consejeros a modo en el INFO DF y lanzaron la convocatoria en silencio y por solo cuatro horas, para que solo sus candidatos se inscribieran; le redituaba políticamente a la mayoría que el partido con más legisladores, Morena, no ocupara la presidencia de la Comisión de Gobierno –a la que tenían derecho-, y sellaron el pacto todos los demás.
Cuando quieren, pueden. El problema es que solo quieren cuando les conviene. Y cuando tendrían que poder, no quieren.
Hace 15 días que Miguel Ángel Mancera pidió licencia y los 66 diputados en la ALDF siguen sin aprobar al sustituto en la Jefatura de Gobierno. El encargado de despacho José Ramón Amieva, secretario de Gobierno, hace malabares y mantiene un barco a flote pese a que la Asamblea se niega a ratificarlo.
La CDMX está en un limbo porque los legisladores tienen otras prioridades. Están ocupados en las campañas, jugando a la elección.
Decenas de diputados ya no se paran en la Asamblea, los que van llegan tarde y la mayoría ya son candidatos que, con tal de seguir cobrando, no dejan su cargo. Sus responsabilidades legislativas, para las que fueron electos, no son lo suficientemente relevantes. Lo suyo es la grilla electoral.
Qué importa que la Ciudad necesite una cabeza para definir la ruta del proceso de Reconstrucción en el que se encuentra, qué más da si urge sustituir a los comisionados del InfoDF y seleccionar al Fiscal y Magistrados del nuevo Sistema Local Anticorrupción, o que estemos en pleno proceso electoral y no haya Jefe de Gobierno que garantice gobernabilidad. Son pequeñeces, pensarán (¿piensan?).
Les vale. Tan les vale, que apenas ayer aprobaron a los nueve delegados sustitutos que cerrarán la administración de exdelegados que ya se fueron. Algunas demarcaciones estuvieron vacantes más de tres meses.
Los 66 diputados no han comenzado a tiempo ninguna sesión este Periodo de sesiones. Tampoco el anterior. Es más, han tenido que levantar más de una porque no se presentaron ni la mitad a trabajar.
Los asambleístas, que ya están pidiendo el voto para el siguiente brinco electoral, le dan una bofetada a los ciudadanos que pagamos su sueldo. Los 66 que cobran cientos de miles de pesos mensuales, que reciben, cortesía de nuestros impuestos, choferes, celular, asistentes, asesores… no desquitan el salario que se embolsan.
Sin pies ni cabeza, en medio de la impuntualidad, el valemadrismo y descredito, va la última ALDF de la historia, que se transformará en Congreso de la CDMX. Nadie la extrañará.
-Off the récord
La fiesta de Carlos Salinas, el pasado fin de semana, se trató de presencias y ausencias. Mañana hay otra de esas reuniones donde se pueden juntar el agua y el aceite. Diego Fernández de Cevallos festejará su cumpleaños en su rancho. ¿Ya tienen invitación?
--